La Semana Santa de Castilla y León se propone atraer a nuevos públicos, en especial a los jóvenes, con la presentación de su campaña promocional «Castilla y León es Pasión». Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta, destaca la singularidad de esta celebración, no solo como experiencia turística sino como un reencuentro con las raíces y la espiritualidad.
La Comunidad lidera con 31 celebraciones y eventos distintivos de Interés Turístico Internacional, Nacional y Regional. Ocho Semanas Santas ostentan la categoría internacional, mientras que otras cuatro y la Bajada del Ángel de Peñafiel son reconocidas a nivel nacional. Además, 17 eventos particulares cuentan con el distintivo regional, demostrando que esta tradición está más viva que nunca.
La campaña de este año se centra en las redes sociales, blogs e influencers, buscando llegar a aquellos que aún no se han interesado por la Semana Santa. Se han creado piezas visuales para mostrar cómo Castilla y León se prepara para vivir este rito, consolidando el éxito de la colaboración entre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte y el grupo musical Siloé del año anterior.
La Semana Santa también ofrece un atractivo adicional con un programa de apertura de monumentos, permitiendo la visita de iglesias, ermitas y monasterios que, por lo general, permanecen cerrados. Del 23 de marzo al 1 de abril, más de 300 monumentos estarán abiertos para que los visitantes exploren las riquezas culturales y artísticas de la Comunidad.
García-Gallardo resalta que esta celebración deja huellas únicas en cada castellano y leonés, combinando vivencias grupales con una profunda intimidad. La riqueza gastronómica también se destaca durante estos días, siendo un recurso de gran importancia.
El vicepresidente celebra los datos de turismo de enero, colocando a Castilla y León como líder en turismo rural, con un aumento del 5,2% en pernoctaciones y un 6,3% en viajeros en comparación con el mismo período del año anterior, en contraste con la disminución a nivel nacional.
La Semana Santa de Castilla y León no solo perdura, sino que busca renovarse, promoviendo la riqueza de sus tradiciones y su capacidad para atraer a nuevas generaciones.
