En una iniciativa liderada por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, la comunidad autónoma de Castilla y León actualiza el censo de aves acuáticas invernantes. Este programa anual, en colaboración con la organización Wetlands International, revela datos cruciales sobre la conservación de la biodiversidad en la región.
Este año, el programa de censos se llevará a cabo entre el 10 y el 20 de enero, con especial atención a las fechas del 13 y 14 de enero. Expertos en medio ambiente, celadores y técnicos de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente participarán activamente en este seguimiento, junto con el respaldo de la Fundación del Patrimonio Natural.
El análisis de los datos del censo anterior, realizado en enero de 2023, arrojó cifras sorprendentes. Un total de 67,408 aves acuáticas de 58 especies invernaron en 379 localidades muestreadas. Esto representa un aumento del 17% en comparación con el promedio de los últimos cinco años. Sin embargo, las tendencias generales indican una preocupante disminución en la población invernante de aves acuáticas en la región en los últimos años.
Las Lagunas de Villafáfila (Zamora) con 10.214 aves; las Lagunas de La Nava, Boada y Pedraza en Tierra de Campos (Palencia), con 8.248 aves; el azud de Riolobos (Salamanca), con 7.339 aves; la Laguna del Hoyo en El Oso (Ávila), con 2.499 aves; la balsa de Santa Cristina (León), con 1.614 aves; el embalse del Ebro (Burgos), con 1.320 aves; la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño (Valladolid), con 515 aves; el embalse de Cuerda del Pozo (Soria), con 417 aves, y el de Linares del Arroyo (Segovia), con 273 aves, fueron algunos de los puntos clave donde se concentraron estas aves. El ánade azulón, la cerceta común, y el chorlito dorado europeo fueron las especies más abundantes, representando más del 78% de las especies detectadas.
Tendencias preocupantes y nuevas prioridades de conservación
El análisis de la tendencia general revela una disminución significativa en la población invernante de aves acuáticas en Castilla y León en los últimos años. Mientras que en 2011 se contabilizaban más de 100,000 aves acuáticas invernantes, esta cifra se redujo a 60,000 en el censo de 2022.
La disminución más notable se observa en el ánsar común, que pasó de 65,823 ejemplares en 2006 a solo 3,044 en el último censo. Este descenso se atribuye a cambios en sus desplazamientos migratorios. Sin embargo, especies como el tarro blanco y la garceta grande muestran una tendencia positiva en el número de ejemplares que pasan el invierno en la región.
Importancia para compromisos internacionales y conservación regional
Estos censos no solo ofrecen un panorama detallado de las aves acuáticas en la región, sino que también son esenciales para cumplir con compromisos internacionales. España, a través de este programa, informa sobre el cumplimiento de la Directiva 2009/147/CE y el Acuerdo sobre la conservación de las Aves Acuáticas Migratorias Afroeuroasiáticas (AEWA) del Convenio de Bonn.
Además, estos datos alimentan el Inventario Español del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, proporcionando información clave para la gestión y conservación de hábitats y especies. La Consejería de Medio Ambiente continuará con el Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León durante el 2024, abordando la situación de diversas especies, desde aves acuáticas hasta carnívoros mesomamíferos y el oso pardo cantábrico.
