12 de enero de 2024. En una tarde de miércoles caótica, la Policía Nacional de Salamanca detiene a un individuo por herir gravemente a otro al dispararle en el rostro con una pistola de gas comprimido. La víctima, sometida a cirugía de emergencia, tuvo que extraerse un perdigón incrustado en su rostro. La intervención policial reveló un escenario de peligro, con el agresor escondido bajo la cama y el arma oculta bajo un cojín del sofá.
La Policía Nacional recibió una llamada telefónica informando sobre un disparo en el rostro de una persona y la huida del agresor. Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con un varón herido, sangrando abundantemente en la zona labial superior, relató que el agresor lo había apuntado y disparado varias veces. Mientras los agentes estaban en el lugar, el agresor amenazó al herido con vaciar el cargador si iba a su domicilio.
Tras asistir y trasladar a la víctima al Hospital Universitario de Salamanca, los agentes se dirigieron al domicilio del agresor. Al llegar, escucharon seis detonaciones y avistaron el cañón de un arma sobresaliendo del balcón, lo que llevó a asegurar la zona para proteger a los transeúntes.
Finalmente, el agresor fue hallado escondido bajo la cama de uno de los dormitorios, y se procedió a su detención. Se incautó un revólver de aire comprimido, utilizado en el ataque, bajo un cojín del sofá. El detenido carecía de la licencia correspondiente para este tipo de armas. Tras los trámites, se remitió todo al Juzgado de Guardia de Salamanca, donde el detenido quedó a disposición de su titular.
