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domingo, mayo 12, 2024

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«Soy muy optimista en el uso de la IA como aliado del proceso educativo»

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-Vijay Kumar, exdirector de la Oficina de Innovación y Tecnologías Educativas del MIT y director del Jameel World Education Lab.

Vijay M. S. Kumar es un profesional destacado en el ámbito de la educación y la tecnología. Ha sido director de la Oficina de Innovación y Tecnología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), además de decano asociado de Open Learning. Allí ha desarrollado una carrera de 27 años y se ha convertido en una figura clave en la innovación educativa. Su experiencia lo convierte en un candidato ideal para liderar iniciativas en educación a distancia; en este contexto ha asesorado a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la primera universidad completamente a distancia, y la ha ayudado en sus primeros pasos.

Durante la celebración del congreso Digital Universities Europe, organizado por Times Higher Education y la UOC, Teresa Guasch, vicerrectora de Docencia y Aprendizaje de la UOC, y Vijay Kumar hablaron de innovación y tecnología en la educación, de la evolución en la metodología de enseñanza y de los retos que plantean estas nuevas herramientas.

Según ha señalado en alguna ocasión, lo que le agrada del MIT es la combinación de mirar más allá del horizonte y bajo el capó, y también el hecho de que se tiende a poner la mirada en los problemas más difíciles. ¿Cómo organizamos y gestionamos eficazmente la innovación educativa para que sea eficaz y atractiva, pero también gestionable?

Cuando los alumnos no aprenden un tema como nosotros queremos, ¿puede ser que tengan malentendidos conceptuales que podamos corregir? ¿Deberíamos cambiar la experiencia de aprendizaje? Todo esto depende de las posibilidades innovadoras, es decir, ¿podemos cambiar los parámetros de entrada de manera imaginativa y creativa para mejorar los resultados? Aquí pueden hacerse muchas cosas. Si cambias las sillas de un aula y obtienes un resultado distinto, eso es innovación. Si utilizo un poco de tecnología para crear miniaplicaciones de visualización, eso es innovación. Si utilizo la inteligencia artificial (IA) para mejorar las oportunidades de aprendizaje, eso también es innovación. Pero la base sobre la cual se apoya este argumento es: ¿cómo puedo utilizar de forma imaginativa los recursos de los que dispongo para obtener resultados de aprendizaje diferentes?

Vivimos una época de posibilidades inmensas. Si miramos los cursos que impartimos, todos los aspectos que comprenden están abiertos a posibilidades innovadoras gracias a las tecnologías digitales. Una lección ya no es una lección. Es un vídeo que puede acompañarse de pruebas o evaluaciones formativas que pueden consistir en que, si no entiendes el concepto, puedes obtener una visualización justo después. Entonces cambias todas las partes de una lección por componentes de varios tipos. Y lo haces porque estás aprendiendo a hacerlo mejor gracias a la ciencia del aprendizaje. Parte de la innovación implica experimentar con algo y hacer un seguimiento de ello. Es decir, debo experimentar y hacer un seguimiento honesto y corregir no solo el aprendizaje autónomo [del alumno], sino también cómo enseño.

Por otro lado, has hablado de innovación y es un término complejo, porque muy a menudo confundimos inventar con innovar. Para mí, mi trabajo de investigación es difundir innovación. Para aplicar una intervención y una invención innovadoras, debo pensar en cómo es el aula, cómo es la infraestructura, si el profesor y los alumnos están preparados para llevar a cabo las tareas. Todo eso entra en el campo de la innovación. Hoy en día no se trata solo de profesor y alumnos, sino también del ecosistema. El MIT valora mucho el aprendizaje activo y práctico. Pero la experiencia práctica puede realizarse en prácticas de empresa. Yo me ocupo de eso, pero quizá no soy la persona más adecuada para impartirlo. Así que también podemos buscar combinaciones innovadoras en la oferta para obtener resultados. Se trata de investigar sobre lo que pasa, experimentar, evaluar. Y entonces, pensar que hace falta verlo desde un enfoque sistémico. Esta es la orientación que nos hace innovadores.

Está muy bien, porque así evaluamos todo el proceso.

Y está bien que lo preguntes, porque el MIT se relaciona con la innovación. Hace muchos años, cuando lanzamos OpenCourseWare, en Estados Unidos había algunas iniciativas que comenzaban a comercializar contenidos educativos. En el MIT todos decían: ¿qué vamos a hacer con internet? ¿Hemos perdido la oportunidad? Y nuestra facultad dijo, para reaccionar a esa cuestión: «Debemos pensar en la calidad de la excelencia del MIT». En ese momento hubo un gran debate. Se hablaba mucho de conceptos como la intensidad. Y la gente opinaba que el valor real de la calidad de la excelencia del MIT era un gran ancho de banda de interacción entre grandes profesores y grandes alumnos, porque nos preocupamos por contratar grandes profesores, y nos esforzamos por conseguir grandes alumnos.

Además, éramos una institución de investigación y queríamos incorporar la práctica, las herramientas y el placer de investigar a la experiencia de aprender y enseñar. Esta noción de experimentación es el ADN del MIT, que consiste en tomar un elemento, probarlo, medirlo, evaluarlo, y, si no nos convence, lo corregimos o lo apartamos. En resumen, cuando lanzamos OCW, dijimos claramente que es una publicación de cursos del MIT, no una educación del MIT. Porque todo eso, la interacción, la investigación, solo sabemos hacerlas cara a cara.

Ha mencionado la inteligencia artificial, pero la aparición y la adopción generalizada de la IA generativa en la educación superior implica reconsiderar profundamente los procesos que intervienen en la enseñanza y la evaluación en la adquisición de conocimientos y competencias de los alumnos. En la UOC consideramos que es una oportunidad, pero ¿cómo cree que las universidades pueden adaptarse a este nuevo contexto? ¿Cómo debemos repensar la enseñanza y la evaluación y cómo deben evolucionar los modelos de evaluación en este contexto?

Mi doctorado fue sobre estudios del futuro en la educación, y me presentaron los fantásticos trabajos que se hacían entonces en IA. Se hacía un trabajo maravilloso en el MIT. Yo estaba en UMass Amherst, y fui al MIT para ver algunos de ellos. Al principio diseñábamos tutores inteligentes, y había un programa llamado Buggy. Era para ver cómo los niños hacían un programa de matemáticas y ver el patrón de errores, porque los patrones de errores reflejan los malentendidos conceptuales. Es un uso muy interesante de la IA. La IA ayuda a sacar a la luz estas cosas para poder intervenir adecuadamente, es decir, cambiar la estrategia de enseñanza o llegar a otros tipos de experiencias que aclaren estos malentendidos. Para tutorías va bien, porque pueden ver los problemas y responder muy rápidamente. Por su capacidad de análisis y procesamiento de datos pueden tratar con una base de soluciones muy grande para llegar a tipos de tutoría personalizada. Y eso es bueno.

Soy muy optimista sobre el uso de la IA como aliado en el proceso educativo. Estoy cansado del «¿soy yo o es la IA?». Pues bien: soy yo y es la IA. Y podemos pensar en cómo usarla sabiamente —con los ojos bien abiertos, porque hay problemas— para hacer las cosas todavía mejor, sobre todo para lo que nosotros no hemos sido capaces de hacer. Hay problemas de plagio con el tema de ChatGPT, pero también está la cuestión de que proporciona micromundos más simples para que la gente aprenda. Si puedo dirigir un programa de IA generativa con ChatGPT a los conjuntos adecuados de recursos de contenido y puedo supervisarlo para que la gente pueda tener vías más simples graduables para aprender cosas en particular, eso sería algo positivo.

La UOC hacía aprendizaje abierto, aprendizaje en línea, antes de que se pusiera de moda. Y hacíamos MOOC y cosas por el estilo. Muchas instituciones, al principio del aprendizaje en línea, lo que hacíamos era coger lo que hacíamos en el aula y ponerlo en línea, lo cual es una suboptimización y podría ser negativo también. Perdemos la oportunidad de repensar los cursos y ofrecer distintos tipos de experiencias.

Entonces, ¿cómo se proporciona una estructura de ayuda y soporte a una población de alumnos cada vez más autónoma en su aprendizaje? No podemos satisfacer todas sus necesidades. Debemos crear medios para que aprendan por sí mismos. Porque el tipo de ayuda que les ofrecemos hoy se basa en lo que conocemos por experiencias presenciales. Mientras, tenemos millones de usuarios que utilizan experiencias en línea. Tenemos datos de clics, de las páginas que hojean, podemos identificar cómo encuentran grupos. Por lo tanto, podemos llegar a un nivel macro mediante el uso de IA para extraer datos y ver cómo podemos ayudar mejor a los alumnos en línea.

Creo que este es el potencial que tenemos.

Cuando hablábamos de la IA ha dicho que probablemente hay una conexión con la autoría y el plagio en las tareas. ¿Cuáles considera que son los principales retos en este sentido? ¿Y qué papel desempeñan la ética y la moral en estos contextos?

Nosotros debemos darles las garantías razonables de que no serán engañados. Los datos que señalan, la supervisión…, esta es nuestra responsabilidad con los alumnos. Ese es el pacto.

Y eso está relacionado con la calidad y la reputación de universidades e instituciones.

Absolutamente. Y has hablado de la ética y la moral. Tengo un colega que dice que no se puede legislar la moral. Pero tampoco queremos que la gente confunda la práctica no ética con la práctica ética. Debemos imponer líneas duras, a veces umbrales difíciles, para que se den cuenta. Luego podremos entrar en discusiones filosóficas sobre qué es la verdad. Pero creo que debemos tener cuidado. Incluso si solo se trata de equidad y justicia, queremos asegurarnos de que las personas que se esfuerzan por llegar a la verdad no se distraigan porque alguien lo consigue con mala praxis.

Después está el riesgo relacionado con el sesgo de la información. Si miramos todos los programas de imagen, DALL·E, ChatGPT 4, cada vez se acentúa más. Mi esposa es científica de computación de IA y discutimos sobre este tema. Como educadores, debemos tener en cuenta los riesgos. Pero hay oportunidades que no debemos ignorar.

Hablamos de la educación a lo largo de la vida. Las exigencias del mercado laboral hacen que los profesionales tengan que mejorar su cualificación y reciclarse. Necesitan formación continua para estar al día. En nuestro contexto de la Unión Europea, en junio de 2022 hubo recomendaciones sobre el enfoque de las microcredenciales, el aprendizaje permanente y la ocupabilidad. Y el MIT tenía los microprogramas de máster. ¿Qué papel ejercerán las microcredenciales a medio plazo? ¿Qué hace falta para que sean reconocidas por instituciones o empresas?

En primer lugar, ¿son valiosas? De entrada diré que muchísimo. Para todos los que estamos aquí hay un montón de cuestiones o consideraciones en tu pregunta. ¿Son valiosas las microcredenciales? ¿Cómo probamos su uso? Y después, aparte de las microcredenciales, están las credenciales digitales. Porque en el MIT también trabajamos en esto. Cuando comenzábamos con la filosofía de lo abierto, y me refiero a principios del 2000, cuando hablábamos del valor de lo abierto, nos referíamos a la ausencia de límites. Esto, por un lado. Hacer cursos desde cualquier lugar. Los cursos viajan a través del ecosistema industrial, la educación. Hace que la frontera se difumine, ¿verdad? ¿No has comentado que se está aceptando gente en cursos ofrecidos por la industria y dando credenciales en tu institución?

Programas de doctorado industriales.

Sí. Trabajamos con Letonia en este tema. Pero la industria ofrece programas de formación y las universidades dan créditos por eso. La bidireccionalidad está muy bien. Pero hablamos también de modularidad. El proyecto que llevamos a cabo en la UOC con OKI planteaba: ¿cómo podemos tomar las aplicaciones de contenido y moverlo de una institución a otra? Si puedes añadir credenciales a la modularidad, ¿por qué no?

La gente quiere algún indicador de finalización, y el mercado, cuando contrata gente, quiere un sello de aprobación o de responsabilidad. Y si tienes microcredenciales hay dos ventajas, lo estamos viendo.

Y las empresas asumen un nuevo papel.

Está claro, lo reconocen. Queremos las competencias con este tipo de acuerdos. Creo que lo que hacemos es crear. Digamos que, si el alumno es un cliente, le damos muchas más opciones para configurar su experiencia. Has mencionado la educación permanente, y esto es realmente fundamental para los alumnos desplazados. No solo son personas desplazadas geográficamente, sino también profesionalmente. «Tengo un trabajo, estoy atrapado, no puedo dejarlo y no tengo el tiempo suficiente para cursar un semestre entero, pero puedo hacerlo por la tarde». Esto es desplazamiento. «Estoy desplazado vocacionalmente y puedo cursar estos módulos, puedo obtener credenciales, puedo hacerlo a lo largo del tiempo».

Algunos de los desafíos que vemos los tuvimos en el viejo modelo de universidades multicampus. Los cursos ni siquiera se transferían dentro de los campus de la misma universidad, y hemos llegado a otro punto. Ahora tenemos otro tipo de desafío. ¿Cómo interactúa un módulo de aquí, con esta credencial, con aquella credencial de allá? Hay mucho trabajo en marcha con la interoperabilidad de las credenciales.

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