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lunes, abril 29, 2024

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La evolución de los villanos en las películas infantiles: ¿por qué ya no existen los malos clásicos?

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Hace cien años, en 1923, Walt Disney fundó un modesto estudio de animación que se ha convertido en un gigante de la industria del entretenimiento. La factoría Disney, conocida hoy como The Walt Disney Company, no solo es un imperio audiovisual, sino también la creadora de icónicos personajes como Mickey Mouse y el Pato Donald. Sin embargo, las historias de Disney han evolucionado, especialmente en lo que respecta a los villanos.

Las historias de Disney han dejado una profunda huella en la infancia de muchas generaciones. A lo largo de los años, hemos visto giros de guion trágicos y personajes malvados que han impactado la imaginación de los más pequeños, a veces de manera traumática. Pero, ¿por qué esta evolución en la narrativa?

Según los expertos, las historias crudas y a veces aterradoras permiten que los niños trabajen con sus emociones y miedos de manera segura. «Dentro de la magia que el niño necesita para vivir debe haber algo de miedo que permita proyectar a los más pequeños sus temores, sus creencias instintivas y sus tendencias negativas», afirma Débora Chomsky, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

La evolución de las narrativas en la industria del cine es evidente. En los últimos diez años, hemos visto un cambio notable en la representación de los villanos en películas infantiles. En el pasado, los villanos eran personajes claramente malvados, como Jafar, Scar, Úrsula, Cruella de Vil o Maléfica. Sin embargo, en películas recientes de Disney, como Frozen, Encanto, Del revés o Coco, los personajes antagonistas han evolucionado o han sido eliminados por completo.

Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, explica que esta evolución se debe a la búsqueda de narrativas más modernas que puedan atraer a un público de distintas generaciones. Los villanos se han humanizado, y sus luchas internas y personales se han convertido en el foco de la historia.

Esta evolución no solo responde a las demandas del público, sino también a la necesidad de la industria de evitar estereotipos y problemas éticos que surgían en las representaciones antiguas. Las historias de miedo, aunque intensas, permiten a los niños explorar sus instintos negativos y rechazar versiones excesivamente edulcoradas de los cuentos.

La tendencia a abandonar a los villanos clásicos y explorar personajes más matizados parece continuar en la industria cinematográfica. A medida que otros estudios siguen esta línea, queda claro que la narrativa infantil ha evolucionado hacia un enfoque más complejo y reflexivo que busca atraer a una audiencia diversa.

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