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jueves, mayo 16, 2024

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Volver a la Universidad a los 60 años

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Redacción.-

Cerca de 1.300 estudiantes mayores de 60 años encuentran en la educación una fuente de enriquecimiento y realización personal

En base a la famosa cita de Pablo Picasso: «Cuando me dicen que soy demasiado mayor para hacer algo, procuro hacerlo enseguida», muchos estudiantes sénior han asumido este dicho como su lema. En lugar de considerar la posibilidad de dejar de hacer cosas en la etapa de la vida en la que muchos lo hacen, estos valientes estudiantes se enfrentan al desafío de adentrarse en nuevos estudios universitarios en línea, explorar materias desconocidas y superar pruebas de evaluación continuada.

Un grupo de alrededor de 1.300 estudiantes de la UOC, con más de 60 años de edad, demuestran que la pasión, el entretenimiento y el deseo de enriquecerse y cumplir sueños pendientes no tienen límites de edad. Personas como Ramon, Josep, Quim, Juan, Francisco y Marta son un claro ejemplo de ello, desafiando estereotipos y demostrando que el aprendizaje puede ser un camino enriquecedor en cualquier etapa de la vida.

Montserrat Lacalle, psicóloga experta en personas mayores y profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, destaca los beneficios adicionales que el estudio brinda a este grupo: «evitar la soledad y el aislamiento, fomentar la interacción con personas de su misma edad o diferentes, y ayudar a establecer objetivos y rutinas».

Cada persona encuentra en el estudio una experiencia personal única que aporta algo distinto a sus vidas. Según Lacalle, estudiar les permite seguir activos y encontrar un propósito significativo en su día a día. Algunos encuentran en el aprendizaje una respuesta a anhelos postergados durante mucho tiempo, lo que les brinda una satisfacción adicional al lograr objetivos que los han acompañado a lo largo de sus vidas.

Marta Pons, estudiante del grado de Psicología a sus 78 años, describe el retorno a la universidad como una experiencia apasionante y exploratoria. Aunque en su juventud estudió Farmacia por «imperativo paterno», ahora ha vuelto a la universidad siguiendo su instinto y su corazón. Marta desea estar preparada para realizar voluntariado en salud mental y ayudar a aquellos que luchan contra problemas de drogadicción, sintiendo una fuerte empatía hacia ellos.

Quim Fernández, estudiante del grado de Comunicación a los 64 años, comparte que su motivación para estudiar nuevamente radica en su deseo de seguir ejerciendo en nuevas formas. Colabora con una radio en línea y aspira a escribir su propio libro. Aunque tuvo que abandonar sus estudios de arquitectura debido a problemas de visión, ahora busca en el aprendizaje un camino para leer críticamente, escribir y adquirir habilidades audiovisuales, además de mantener su mente activa y constante.

Ramon Roca, de 69 años, ha decidido adentrarse en el grado de Ingeniería Informática para ampliar sus conocimientos sobre informática e inteligencia artificial. Reconoce que lo más difícil es adaptarse a las dinámicas de programación, pero valora la flexibilidad y la comodidad de estudiar en línea, ya que su trabajo lo lleva a viajar con frecuencia.

Aunque existen desafíos y cambios en las capacidades cognitivas y físicas que no deben dramatizarse, como señala la profesora Lacalle, el envejecimiento no debe ser motivo de limitación ni de sentirse inútil. Los estudiantes mayores no están sujetos a la misma presión de tiempo y futuro profesional que los jóvenes, lo que les permite disfrutar más del proceso de aprendizaje. Sin embargo, pueden encontrar dificultades al enfrentarse a entornos virtuales y nuevos métodos de enseñanza.

Lacalle aconseja a las personas mayores que no se comparen con los demás y que sean flexibles con el tiempo que necesitan. Les anima a establecer metas motivadoras, pero sin imponerse una presión excesiva. Además, destaca la importancia de solicitar apoyo y orientación a los docentes, ya que su experiencia académica difiere de la de los jóvenes. La perseverancia se convierte en un factor clave para su éxito.

En resumen, los estudiantes sénior de la UOC desafían estereotipos y encuentran en los estudios universitarios en línea una fuente de enriquecimiento, realización personal y conexión con personas de diferentes generaciones. Su dedicación demuestra que el aprendizaje y la exploración de nuevas fronteras no tienen límites de edad. Al romper barreras, contribuyen a cambiar el imaginario colectivo sobre el envejecimiento y a desafiar los estereotipos arraigados en la sociedad actual.

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