Paula de la Fuente-. Rostros de mujer, trajes tradicionales, castañuelas y varas se perfilan en todas y cada una de las crónicas y fotografías que vienen a relatar lo acontecido en Medina del Campo cada 5 de febrero. Fecha que eleva a festejo la celebración de Santa Águeda, cuya devoción guarda una amplio culto popular en Medina del Campo desde tiempos antiquísimos, de la mano de un sinfín de ritos y costumbres.
Conocida como la ‘Santa de Catania’ o la ‘Virgen de los pechos cortados’ por el martirio vivido -la amputación de sus senos-, la Villa de las Ferias arranca este mismo fin de semana uno de los puntos más álgidos de esta celebración con el desarrollo de la procesión convocada tras la Eucaristía de las 13.00 horas en San Miguel.
Antonio Sánchez del Barrio, cronista de la villa y director de la Fundación Museo de las Ferias, data en el siglo XVI el inicio de las cofradías de Santa Águeda en esta zona. Así, en su libro «Fiestas y Ritos Tradicionales» explica cómo, a pesar de que la primera finalidad de estas formaciones fuera la devoción religiosa para asegurar el auxilio de la santa ante, sobre todo, enfermedades, pronto recogieron «el espíritu bullicioso, inherente a toda fiesta, favoreciendo ritos, ceremonias y regocijos que conformaron un conjunto de manifestaciones tradicionales de indudable interés».
A caballo entre la curiosidad y la propia historia documentada, el académico medinense trae al recuerdo cómo, en el año 1800, la cofradía aguedera de la parroquia de Santiago de Medina del Campo recibió la inscripción de un varón. Asimismo, aunque los más puros relatos orales todavía lo recuerdan a día de hoy, son pocas las generaciones jóvenes que conocen que, por el día de San Antón, era el momento escogido por las mujeres pertenecientes a estas cofradías para llevar a cabo el sorteo de varas, la admisión de nuevas cofrades y la elección del título de ‘Mayordoma’ o ‘Alcaldesa’.
A la par que la parroquia de Santiago, por aquel entonces era coetánea la de San Miguel, que es la que ha llegado hasta nuestros días. Así, La Voz de Medina y Comarca ha recogido desde sus inicios la infinitud de actos y procesiones protagonizadas por el sonido de los tambores y la dulzaina -ahora charangas- que hacían -y hacen- a toda la villa de Medina del Campo detener sus rutinas para disfrutar de la fiesta sobre todo, cuando llega el momento de verlas procesionar.
Con el gesto simbólico de la cesión del bastón de mando por parte del alcalde, las ‘águedas’ materializan el concepto popular de que «hoy mandan ellas», puesto que se ha entendido desde sus orígenes que esta festividad hace prevalecer la figura de la mujer ante las posibles rutinas que marcan sus hábitos.
A día de hoy, Adoración Galindo es la presidenta de este agrupación, aunque son muchas las mujeres que han vivido y viven la devoción en lo más profundo de su ser, habiendo mamado de generación en generación unos ritos y tradiciones que veneran. Mujeres que danzan y cantan en fotos, como es el caso de Elena Rodríguez que, desde lo más alto del cielo, observa cómo pervive esta gran fiesta en las calles de Medina. Con todo, son muchas las mujeres que sembraron en hijas y nietas estas costumbres, que dotan de sentido y raíz las puras voces de los ancestros medinenses.
En plena pandemia y nuevas variantes de Covid-19, Guzmán permite demasiados eventos de contagio masivo, aglomeraciones, forasteros y paletos sin mascarilla, sin medidas de higiene ni distancia social. Después a llorar.