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lunes, abril 29, 2024

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La singularidad del patrimonio medinense en el Niño Jesús con 18 ‘arma Christi’ 

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El Niño Jesús Salvator Mundi (Anónimo Castellano, siglo XVII) es la Obra Destacada para estos próximos dos meses en el Museo de las Ferias 

Paula de la Fuente-.  Ya que no siempre se dispone del valioso instrumento que es la lupa, la palabra se vertebra como la mejor herramienta para ser conscientes de los pequeños detalles. Y, cuando la palabra viene dada por los expertos, el enriquecimiento cultural se eleva a la máxima potencia. Así, a través de un diálogo con los medios de comunicación, el director de la Fundación Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del Barrio, presentó la Obra Destacada para estos meses de marzo y abril, que trae consigo el acervo cultural del patrimonio medinense, con sus consiguientes curiosidades. En concreto, un ‘Niño Jesús Salvator Mundi’ con 18 ‘arma Christi’.

Una vez más, han sido las manos del restaurador Francisco Boldo las que, a lo largo de tan solo dos semanas, han «puesto a punto» esta pieza de autoría anónima del siglo XVII. «Pensábamos que iba a ser algo muy somero, pero ha sido una intervención más profunda de lo que pensábamos», asegura el profesional. Al hilo de ello, Boldo explica las llamativas razones del deterioro: «Se trata de alteraciones provocadas por la devoción más íntima; hay que tener en cuenta que las monjas contaban siempre con un Niño Jesús entre sus ajuares». En concreto, esta pieza forma parte del Monasterio de San José de las Madres Carmelitas de la Villa de las Ferias.

Huella que han dejado los alfileres 

Con este escenario, y en pro de cuidar y manifestar su Fe, las religiosas, con el transcurrir de los tiempos y las pertinentes ceremonias, vestían a esta imagen con los ropajes prototípicos del momento. De hecho, la Obra Destacada cuenta con la vestimenta correspondiente al tiempo de Pasión, aunque también disponían de conjuntos para otros momentos del año, como la Navidad. «Si nos fijamos, la manga actual del traje va aparte porque, con el paso del tiempo y al intentar vestir a este Niño Jesús, la talla sufrió la rotura de una de las manos», asevera el restaurador. A la par que se ha procedido a la recuperación de esta parte fracturada, las labores de reparación también han puesto su foco en los corchetes perdidos y la reconstrucción de dedos en manos y pies.

«De hecho, lleva ropa interior. La devoción hacía, en muchos casos, que al vestirlo se le llegara a emplear el uso de alfileres y sus impactos se han apreciado también en la imagen», relata Boldo. Junto a Celia García -otra restauradora-, ambos se han encargado de dotar a esta obra del máximo esplendor.

En este proceso de restauración, Francisco Boldo ha supervisado la peana en la que radica este Niño Jesús, el retoque de su color y ese famoso cinturón con los Arma Christi, en el que se han restituido los eslabones deteriorados. «Hemos observado cómo las religiosas han tratado también de arreglar los que estaban perdidos, cosiendo con alambre».

Tirabuzones en el pelo

A sabiendas de ser una pieza singular, hay una curiosidad señalada por el restaurador Francisco Boldo. Ésta se halla en el pelo de este ‘Niño Jesús Salvator Mundi’. «Si nos fijamos, hay pequeñas partes visibles donde puede verse una alteración curiosa en lo que viene a ser la pieza. Originariamente, el niño tiene el cabello redondeado. No obstante, se le ha retocado el peinado dotándolo de varios tirabuzones». Una actuación que Boldo sitúa aproximadamente en la segunda mitad del siglo XVII, de la mano de la situación cambiante en las manifestaciones artísticas.

Cadena de Arma Christi

Lo más relevante en esta ocasión es el cinturón de seda bordada, con añadidos de lentejuelas y perlas, del que penden 14 cadenillas de plata con hasta 18 símbolos de pasión o Arma Christi. «De izquierda a derecha aparecen en primer lugar una campanilla grabada con el Sol y la Luna, seguido por el flagelo, la espada con oreja en la tercera; la cuarta con el gallo de San Pedro; la quinta con la bolsa de Judas; la sexta sostiene la escalera; la séptima lógicamente la cruz; la octava una linterna para el prendimiento. La corona de espinas está en la novena, la décima mantiene los tres clavos unidos a los dados. Le sigue en la undécima el martillo y en las tres últimas están: la mano que le abofeteó, la columna de fuste alto con cuerda alrededor y la lanza y caña con esponja», destaca en su estudio José Manuel Casado Paramio.

Siendo un ciclo promocionado por la Diputación Provincial de Valladolid, a la presentación de la pieza acudió el diputado Moisés Santana; también la secretaria de la Junta de Semana Santa, Virginia Serrano, al estar vinculado este órgano con la actual muestra que pretende promover el patrimonio religioso local; igualmente, la teniente de Alcaldía, Raquel Barbado, así como miembros de la Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio de Medina del Campo […]

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