Al Margen
Hace años la mierda del Gobierno afloraba cuando se acumulaba en demasía, tras varios años de legislatura. Seguro que te suenan los nombres de Roldán, Filesa, Malesa…
Más tarde, los desagües se le atascaron al PP con Bárcenas y otro cúmulo de casos.
Pero ahora las cosas van más deprisa y la mierda es mucho mayor en menos tiempo. Lo de Ábalos es solo el zurullo que asoma en la punta del iceberg de lo que nos contarán los medios a medias, ya que algunos todavía seguirán fieles al pastizal recibido a modo de tapabocas, que es como llaman, precisamente, a las mascarillas en algunos países americanos.
Dentro de esos medios sometidos ya se empiezan a ver muecas y gestos díscolos, como lo de Risto Mejide quejándose de las amenazas de la Dirección de Comunicación del PSOE. También parece el primero de unos cuantos que irán recuperando la voz cuando se les pase el empacho de billetes y comprueben, como Ábalos, que son meros “contingentes fungibles” y que “no tengo a naaaadie detrás ni al lado”.
Mientras unos lo llenan todo de mierda, otros, como la azucarera ACOR, tratan de limpiar algo. Concretamente, han plantado más de mil árboles en una hectárea de Medina para absorber mil toneladas de CO2, lo que implica que cada arbolito recién plantado tiene que tragarse una tonelada mientras crece, pero poco, ya que les han plantado a un metro de distancia entre ellos, así que nada de extender sus ramas por doquier. Cortos y delgados, como los cigarrillos que se han fumado los 20 denunciados en tres días por la Policía Municipal de Valladolid en el entorno o el interior de centros sanitarios. Fíjate, Rosa, todavía recuerdo cuando saliste al pasillo del paritorio del Clínico para fumarte un cigarro justo antes de dar a luz. Hoy tendrías multa.
Pero volviendo a los arbolitos, teniendo en cuenta lo que han durado las flores del cauce del Zapardiel y cómo mantenemos las cosas por estos pagos, va a ser difícil que alguno de ellos llegue a disfrutar de su tonelada de CO2.
Rodrigo V.
