El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha encabezado una peregrinación en Roma con motivo del 520 aniversario de la muerte de Isabel la Católica. Acompañado por la Comisión de Isabel la Católica, el prelado español participó en una serie de eventos con fieles provenientes de España, Italia, México y Argentina, destacando la misa presidida por él mismo en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat.
La jornada incluyó la inauguración de un monumento cerca del sepulcro de Alejandro VI en honor a la reina y la investidura del Capítulo de Caballeros y Damas de Isabel la Católica. Además, los cardenales José Tolentino Mendoça y Marcello Semeraro lideraron un acto académico en Santa María la Mayor.
En un encuentro con el Papa Francisco, Argüello compartió las experiencias vividas durante la peregrinación y recibió palabras de aliento para su ministerio en Valladolid. Según el arzobispo, la Reina Católica «nos invita a la evangelización y a la santidad».
La Comisión de la Causa de Beatificación de Isabel la Católica sigue trabajando en la comprensión histórica de su legado y promoviendo la devoción hacia ella. Destacando la contribución de la reina a la configuración de los Derechos Humanos, la comisión enfatiza la importancia de recordar su papel histórico.
Ahora que se acerca el 8 de marzo hay que recordar qu los referentes femeninos en este país para una generación que aún sigue dando por saco han sido Isabel I de Castilla, Pilar Primo de Rivera y la Madre Teresa de Calcuta. La primera una farsante, un personaje «fake» con bondades inventadas; era mentirosa, tramposa, usurpadora, pecadora de la pradera, y asesina. La segunda la que dijo que las mujeres debería dar gracias a Dios por haberlas privado del don de la palabra, y que nunca han descubierto, nada, nunca han inventado nada porque les falta el talento que Dios reservo a la inteligencia varonil, y que su naturaleza es encontrar a alguien a quien someterse. Y al última una demente que lo que hacía era dejar morir sin medicinas, sin analgésicos, sin ningún tipo de alivio a sus dolores a los pobres para que se murieran de dolor retorciéndose porque ese sufrimiento les les iba a acercar a Cristo. A las que se podrían añadir en una escalón inferior a Elena Francis (por no hablar de la mula), y a Agustina de Aragón (que era de Reus y se llamaba Montse)