Reciclar y no desperdiciar son dos de las principales preocupaciones a nivel mundial y es un aspecto en el que el sector de la alimentación tiene mucho que decir. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha cuantificado entre un 8-10% el porcentaje de los gases de efecto invernadero emitidos a causa del desperdicio alimentario.
Según la Guía de buenas prácticas frente al desperdicio alimentario publicada por el Gobierno de Aragón en 2018, en torno a un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdician.
Hostelería sostenible: menos desperdicio alimentario y más reciclaje
Aunque de los casi 8 millones de toneladas de alimentos que se desperdician en España anualmente en torno a un 15% correspondería a la restauración, en el campo de la hostelería hay 3 puntos para conseguir una mayor sostenibilidad:
- la prevención del desperdicio
- la reutilización cuando es posible
- la gestión de los deshechos
Desarrollar un modelo de negocio en hostelería que sea más sostenible no es solo una cuestión de responsabilidad social o ambiental. También puede considerarse una oportunidad.
Por qué la hostelería que reduce su impacto medioambiental negativo gana más (y cuesta menos)
En el día a día, muchos negocios de hostelería se enfrentan a la presión por conseguir una gestión más sostenible, como si de resolver un problema se tratase.
En realidad, es cierto que minimizar el problema de los residuos en la restauración requiere una inversión de tiempo, recursos y equipamiento. Sin embargo, cambiando radicalmente el enfoque, también puede entenderse como una posibilidad de mejora, que permite:
- Ahorrar en materias primas y recursos
- Mejorar el entorno de trabajo
- Rentabilizar los desperdicios
Los envases de alimentos: el equilibrio entre reducir el desecho alimentario y contaminar
Los alimentos bien embalados están más protegidos y, por lo tanto, incurren en un menor índice de desperdicio alimentario. Sin embargo, también pueden suponer una contaminación del compost de reciclado de los alimentos desperdiciados.
Más allá de sus materiales y procesos productivos, la incorrecta separación de los envases supone un problema para su potencial reciclaje.
Aquí es donde entran las soluciones de reciclaje específicas para residuos orgánicos (como las compactadoras), envases de vidrio, plástico o cartón, barriles y bidones metálicos, papel… Simplifican y mejoran el día a día en la hostelería:
- Permiten clasificar los residuos de forma sencilla.
- Hacen que la manipulación (y el almacenamiento) sean mucho más higiénicos.
- Ahorran espacio.
- Ahorran esfuerzo de la plantilla a la hora de gestionar las recogidas de desperdicios y residuos.
- Ahorran hasta un 50% en los gastos de recogida en hoteles y negocios de hostelería.
Además, de cara al desarrollo del negocio, contribuyen a crear espacios de trabajo más limpios (sin olores) y también más cómodos y seguros. Pueden instalarse en cocinas, son aptos para residuos mixtos y por su sistema de funcionamiento eliminan el riesgo de contaminaciones cruzadas. A la vez, generan una imagen más verde y profesional, acorde con los tiempos.
