Ronaldo Nazario es, para muchos aficionados al fútbol, uno de los mejores delanteros centros de la historia de este deporte. Formado en Cruzeiro, rápidamente dio el salto hacia Europa, donde maravilló a los aficionados del PSV Eindhoven con sus actuaciones y goles. El resto es historia y, pese a las lesiones en la rodilla, que truncaron en parte una carrera igualmente exitosa, se enfundó la camiseta de clubes de la talla del FC Barcelona, el Inter de Milán, el Real Madrid, el AC Milán y el Corinthians, consiguiendo grandes títulos.
Con la selección brasileña, su momento de gloria llegó en 2002, cuando levantó la Copa del Mundo formando parte de una generación única del país. También se le distinguió con una Bota de Oro en 1997, que lo acreditaba como máximo goleador del continente europeo, y consiguió un doblete en el Balón de Oro, en 1997 y 2002, siendo el primer jugador no nacido en el viejo continente en conseguirlo. Colgó las botas en 2011, pero sigue guardando vinculación con el balón como presidente, además de tener presencia en otros negocios.
‘O Fenômeno’ y el fútbol, de la mano
El fútbol, pese a la retirada, sigue teniendo un peso fundamental en la vida de Ronaldo. Tanto es así que inició su carrera en los despachos con el Real Valladolid, un conjunto histórico de España. Actualmente en Segunda División, es uno de los grandes candidatos por estructura y nivel de plantilla a regresar a primera línea de la élite la próxima temporada donde, según los pronósticos que recogen portales comparadores como Oddschecker, el título de la presente edición estará entre Real Madrid, Girona y FC Barcelona.
Su andadura como presidente empezó en 2018, cuando el brasileño se erigió como máximo accionista y, en consecuencia, presidente del equipo vallisoletano tras desembolsar 30 millones de euros. En cinco temporadas han descendido dos veces de categoría, volviendo a subir al año siguiente, pero se ha caracterizado para sacar grandes nombres al mercado como Salisu o Gonzalo Plata. De momento, se niega a salir del club, habiendo estabilizado la situación económica y a la espera de volver a Primera División.
El Real Valladolid no es el único conjunto que Ronaldo tiene en propiedad. En 2021, viendo que su primera aventura cumplía las expectativas, se hizo con el 90% del equipo de su vida, el Cruzeiro brasileño, cuando estaba en la Serie B. Una temporada tardó en hacerlo ascender y en el pasado curso ya lo situó en la decimocuarta posición. Su objetivo no es otro que volver a luchar por títulos, como hace una década, cuando consiguió el doblete, o luchar por la Copa Libertadores, con dos en el palmarés, de 1976 y 1997.
Como es habitual en futbolistas en activo y retirados, el mítico delantero centro también dispone de su propia academia “Ronaldo Academy”, destinada a encontrar jóvenes talentos por varios países del mundo, especialmente Brasil, aunque también con presencia en México, China y Estados Unidos. A su vez, demostrando una gran adaptación a los tiempos modernos y a las tendencias de los más jóvenes, también se aventuró con su propio proyecto de deportes electrónicos y con el fútbol digital.
Más negocios destacados del R9
A lo largo de su trayectoria, Ronaldo Nazario ha tocado varios sectores. De joven, ya montó su propio club nocturno en Leblon, Río de Janeiro, inactivo desde hace tiempo. También impulsó un centro de fisioterapia, después de su recuperación de las lesiones de rodilla, pero donde tuvo más éxito fue en el marketing, donde gestiona la carrera de deportistas y algunos artistas; y con la gestión patrimonial y financiera, participando, en además de clubes, en otro tipo de inversiones como inmuebles.
Uno de los últimos negocios data de 2022 y tiene como socios a dos otros futbolistas, de raíces españolas, como son Juan Mata y Fernando Llorente, ambos en los últimos compases de sus carreras deportivas. En Madrid y Valencia, han inaugurado lo que algunos han bautizado como ‘senior living’, edificios para gente de la tercera edad. Son un centenar de viviendas para personas jubiladas que buscan una mejor calidad de vida sin tener que renunciar a la independencia ni a las comodidades.
