La Guardia Civil, en la operación Melin, ha investigado a tres individuos por presuntos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente en Cuenca. El titular de la empresa, su esposa y el encargado enfrentan cargos de defraudación de fluido eléctrico, usurpación y extracción ilegal de agua en un acuífero subterráneo en mal estado en el término municipal de Iniesta.
Extracciones ilegales y daño económico
La Guardia Civil estima que se extrajeron más de 1.6 millones de metros cúbicos de agua en los últimos tres años, generando un considerable perjuicio económico al dominio público hidráulico. La investigación, llevada a cabo por el Seprona en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Júcar, se centró en actividades ilegales de captación y aprovechamiento de recursos hídricos.
Estrategias para ocultar las extracciones
Los investigados habrían enterrado las infraestructuras de riego y posiblemente manipulado los contadores volumétricos en los pozos para camuflar las extracciones. La operación descubrió que la empresa era titular de más de 400 hectáreas distribuidas en 66 parcelas agrícolas.
Incumplimiento del Plan Hidrológico
A pesar de las evidencias, en enero de este año, se constató que, al menos en la mitad de las parcelas cultivadas con viñedos, pistachos y almendros, se mantenían grifos, canalizaciones y otras infraestructuras de riego. Además, se encontraron 14 casetas con características similares, junto a sondeos o pozos adyacentes.
La Confederación Hidrográfica del Júcar confirmó la ilegalidad de las captaciones y, desde el 11 de febrero de 2023, prohibió expresamente construir nuevos pozos en el acuífero.
Desarrollo de la operación
En una segunda fase de la operación, realizada en agosto, se llevaron a cabo 14 entradas y registros en las propiedades donde se detectaron los pozos. Se verificó la operatividad de los sondeos y la superficie de terreno regada con el agua extraída.
La investigación, dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cuenca, ha contado con la colaboración de agentes del Seprona de la Guardia Civil, San Clemente, Huete, Cardenete, Villalba de la Sierra y la Unidad de Seguridad Ciudadana de Cuenca, junto con personal de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
