Por Carmen Gómez-Moneder Pérez
Un ataque de pánico es un episodio de ansiedad aguda caracterizado por un intenso miedo o malestar. Suele manifestarse de forma repentina y tiene una duración de 10 a 20 minutos, aunque algunos síntomas pueden prolongarse varias horas.
El ataque de pánico se manifiesta a través de al menos cuatro de los siguientes síntomas, cuya intensidad puede variar en cada episodio:
- Palpitaciones
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de ahogo
- Sensación de atragantarse
- Opresión en el pecho
- Náuseas
- Molestias abdominales
- Inestabilidad
- Mareo
- Sensación de desmayo
- Entumecimiento
- Hormigueo
- Escalofríos o sofocaciones
- Percepción alterada de la realidad
- Miedo a morir, volverse loco o perder el control
¿En qué consiste un ataque de pánico?
Un ataque de pánico resulta de una intensa reacción fisiológica del cuerpo ante la percepción de una amenaza, real o imaginaria. La amígdala, una región del cerebro relacionada con las emociones y la detección de peligros, juega un papel clave en este proceso. Durante un ataque de pánico, la amígdala interpreta erróneamente una situación como extremadamente amenazante, incluso si no hay un peligro real. Esto desencadena la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, preparando al cuerpo para la «lucha o huida».
Esta hiperactivación provoca síntomas físicos y emocionales intensos, incluyendo palpitaciones, sudoración, temblores y una intensa sensación de miedo o pérdida de control, a pesar de la ausencia de una amenaza real.
La diferencia entre un ataque de pánico y una crisis de ansiedad
Un ataque de pánico y una crisis de ansiedad comparten similitudes, pero se diferencian en varios aspectos. La principal diferencia radica en la duración: un ataque de pánico es breve y generalmente dura menos de media hora, mientras que una crisis de ansiedad puede extenderse durante días, semanas o incluso meses.
Otra diferencia clave es la naturaleza e intensidad de los síntomas. Un ataque de pánico se caracteriza por síntomas físicos extremadamente intensos que aparecen súbitamente, mientras que en una crisis de ansiedad, la persona experimenta preocupación, inquietud y tensión constantes.
¿Cómo identificar un ataque de pánico?
La identificación de un ataque de pánico puede ser compleja debido a la variabilidad de los síntomas. Para reconocerlo, es necesario estar familiarizado con la sintomatología y duración mencionadas anteriormente. Prestar atención a la duración del episodio, los síntomas súbitos y su posterior disminución gradual son indicativos de un ataque de pánico.
¿Cómo actuar frente a un ataque de pánico?
La primera vez que se experimenta un ataque de pánico, es común sentir un miedo abrumador y buscar atención médica urgente para descartar problemas graves. Sin embargo, una vez que se confirma el diagnóstico, es esencial seguir ciertas pautas:
- Evitar centrarse en los síntomas.
- Controlar la hiperventilación.
- Buscar apoyo sin generar alarma.
- Mantener en mente que el ataque desaparecerá.
Un adecuado conocimiento y comprensión de los ataques de pánico son esenciales para enfrentarlos con éxito.