La Guardia Civil de Valladolid ha llevado a cabo la destrucción de 1.319 armas que estaban depositadas en la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia, en el marco de un operativo de seguridad.
Estas armas, provenientes de particulares y decomisadas en eventos delictivos e infracciones administrativas, fueron sometidas al proceso de fundición en un horno especializado, ubicado en una empresa de fundición de acero. Este método garantiza la conversión de las armas en chatarra, eliminando cualquier posibilidad de que vuelvan a ser utilizadas.
El lote de armamento incluye 585 armas de fuego, divididas en 436 armas largas (400 escopetas, 32 rifles y 4 subfusiles) y 141 armas cortas (59 revólveres y 82 pistolas), así como diversas piezas fundamentales. Además, se destruyeron 98 armas de aire comprimido, 75 armas detonadoras, 453 armas blancas (navajas, machetes, cuchillos), 106 objetos y armas prohibidas (llaves de pugilato, navajas automáticas, defensas eléctricas, etc.), un arco y una ballesta.
El material destruido se encontraba en el depósito de la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid. Algunas armas fueron entregadas voluntariamente por sus propietarios, otras por la caducidad de sus licencias y el resto por su vinculación a hechos delictivos, infracciones administrativas o su prohibición.
En el contexto del aumento de operativos de seguridad, la Guardia Civil destaca la importancia de estas acciones para preservar la tranquilidad en la región. Cabe mencionar que, durante el año 2022, se destruyeron un total de 1.505 armas, y en 2021, la cifra alcanzó las 1.720 armas convertidas en chatarra.
