Ante la esperpéntica intervención de Luis Rubiales, aún presidente de la RFEF, sobre los bochornosos acontecimientos acaecidos el pasado domingo tras la consecución del Mundial por parte de la Selección Femenina de Fútbol, la Coordinadora de Mujeres de Valladolid quiere lamentar la actitud profundamente machista y misógina de un personaje que no puede ocupar, ni un minuto más, la presidencia de un organismo oficial en nuestro país.
Consideramos que dicha intervención ante la Asamblea de la RFEF supone una demostración ‘de libro’ de cómo el machismo y la misoginia opera ante el avance del feminismo y la consecución de los derechos de las mujeres.
Justifican primero, niegan después, hechos que ya no son de recibo en una sociedad avanzada como la española, en la que afortunadamente las mujeres ya no tenemos que estar sometidas a los caprichos de machitos que quieren utilizarnos como les venga en gana. Y dentro de este catálogo de comportamientos misóginos queda culpabilizar a la víctima y presentarse ante el público como el verdadero sufridor de esta historia. Lamentable.
Somos conscientes del poder que se ostenta desde este tipo de cargos y la red clientelar que se mantiene, entre otras cosas, para ayudarse a pasar “malos tragos” como el que Luis Rubiales ha provocado con sus actos deplorables y, no lo olvidemos, punibles ante la ley. Y precisamente por eso, porque son muchos quienes sostienen a Rubiales, pedimos un paso al frente de todo el mundo del fútbol que nos demuestre a las mujeres que respetan nuestros derechos y nos tratan como a iguales.
También exigimos a aquellos estamentos que tenga poder para hacerlo que destituyan inmediatamente de su cargo a Luis Rubiales. Mantenerle como presidente de la RFEF no es más que reconocer que España no solo no avanza sino que retrocede en derechos de la mujer. Estamos dando una imagen pésima a nivel internacional, no podemos dejar pasar la oportunidad de demostrar que en este país, las agresiones se pagan y el machismo no tiene cabida.
Tampoco podemos dejar pasar la utilización que ha hecho de sus hijas en un acto de blanqueo de su misoginia y machismo. No damos crédito a que un hombre adulto utilice de parapeto a sus hijas para dar a entender su compromiso con las mujeres en un acto de es tristemente habitual. Hay que recordar que no se es feminista o se respeta más a las mujeres por tener madre, mujer o hijas, sino que se es feminista porque se lucha contra la
desigualdad y contra las agresiones que vejan los derechos de la mitad de la población.
Del mismo modo, pedimos a los medios de comunicación que con sus titulares y noticias han revictimizado a Jenni Hermoso, que rectifiquen y que busquen ayuda; es urgente que el periodismo se actualice y comience a aplicar una perspectiva de género de la que claramente estos días han carecido.
