Rafael Limpo: «He estado tan a gusto en el Emperador Carlos que jamás he querido irme de aquí»

Paula de la Fuente-. El Instituto Emperador Carlos siempre será un edificio emblemático para todos aquellos que, en ese periodo de adolescencia, cursaron sus estudios en su interior. Y lo será no por su arquitectura, más bien sencilla, sino por la calidad humana que desprende su equipo. Un grupo liderado por su director, Rafael Limpo que, después de 20 años en el centro -14 como director-, este curso dice adiós a las instalaciones con motivo de su jubilación. Simpatía, naturalidad y cercanía han hecho que Limpo sea siempre querido entre el alumnado, que ahora sentirá su ausencia. Se va del Emperador Carlos, pero no del recuerdo de sus ‘chavales’.

¿Cómo recuerda sus orígenes en este gremio?

Hace 20 años, las cosas estaban complicadas. Yo trabajaba en un pueblo del Valle del Tiétar que se llama La Adrada. Cuando hacíamos el concurso de traslados era muy difícil venir a Valladolid. Yo vivo en Simancas. De hecho, había que invertir muchos de los puntos que nos daban por antigüedad y otros estudios para poder hacerlo. Hoy en día es mucho más sencillo. Con la cuarta parte de los puntos de los que vine yo a Medina del Campo, pueden entrar en Valladolid. Lo que pasa es que me dieron el Emperador Carlos y nunca pensé que iba a ser algo tan importante y maravilloso y que tanto me iba a marcar en la vida. De hecho, creo que no volví a concursar nunca para irme a Valladolid. He estado tan a gusto en el Emperador Carlos que jamás he querido irme de aquí. No he querido irme a Valladolid, que podía haberlo hecho hace ya 14 años.

¿Cómo fue el paso de ser profesor a director?

Yo era el director en el IES Sierra del Valle de La Adrada y, cuando vinimos para acá, mi hija comenzaba 1 de la ESO en Valladolid. Yo empecé sin ningún interés en ser director porque, además, aquí había un gran director que era Antonio Becerro, pero las circunstancias de la vida es estar en el momento y lugar oportuna. Eso es lo que me dio esta posibilidad. Antonio tuvo un cambio en su vida y decidió que debía ir por otro camino y decidió marcharse. Hablando con él, para hacer una transición bien llevada, yo le propuse ser yo el director, pero ser él secretario a lo largo de ese último año, para que me enseñara cómo funcionaba todo.

Yo venía de una provincia que era Ávila, que nada tenía que ver con Valladolid. La Dirección Provincial de Ávila y Valladolid son totalmente distintas. Cuando estaba como director en La Adrada me propusieron para hacer un Máster de Dirección de Empresas Educativas, que lo hicimos en Segovia y que fue maravilloso, entonces bueno, eran ideas distintas que venían a la enseñanza y fueron ideas que apliqué yo aquí.