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Las conductas autodestructivas implican un conjunto de acciones que nos infringen daño físico y emocional. Pueden ser:
- Conductas directas como lesiones
- Conductas autolíticas o de suicidio
- Conductas que dañan de una forma más indirecta: abuso de comida, de alcohol, de drogas, conductas sexuales de alto riesgo, dinámicas relacionales tóxicas, etc.
Son patrones de comportamiento que, generalmente, responden a una mala regulación emocional y a una percepción deteriorada de sí mismo. Las personas que sufren conductas autodestructivas tienen la necesidad de ser castigadas y la culpa se convierte en la razón principal para mantener ese tipo de conductas.
Las conductas autodestructivas actúan en contra de la necesidad de bienestar y de equilibrio emocional.
¿Qué hay detrás de las conductas autodestructivas?
Existen diferentes factores que pueden propiciar conductas autodestructivas, entre los cuáles se encuentran:
- Una baja autoestima: la persona tiene un autoconcepto y autoimagen propia devaluada y negativa, que deriva en una espiral de autodestrucción de la que resulta difícil salir.
- Un discurso interno cargado de resentimiento hacia uno mismo: pensamientos que hacen hincapié en los errores cometidos, subestimando las cualidades personales.
- Incapacidad para resolver los problemas por sí mismo: la persona carece de los recursos necesarios para resolver los problemas que van apareciendo.
- Efecto Wendy: afecta a personas que están excesivamente preocupadas por las personas de su entorno, haciendo sacrificios para que el bienestar de los demás quede preservado, dejándose a ellas mismas de lado y sin cuidarse.
- Mala regulación y gestión emocional: hay comportamientos (abuso de comida, de alcohol, drogas o conductas sexuales de alto riesgo…) que buscan la obtención de una sensación agradable e inmediata para evitar las desagradables.
- Falta de expresión emocional: incapacidad para expresar las cosas que no nos gustan de los demás por miedo a su reacción. Esta ira reprimida se tuerce negativamente contra nosotros.
- Conductas autodestructivas de forma reiterada: autolesiones, depresión, situaciones de abandono, abuso o negligencia, y sensación de vacío crónico.
Consejos para salir de la dinámica autodestructiva
En primer lugar, para cambiar los patrones de comportamiento es fundamental el autoconocimiento. Es importante comprender las consecuencias que tiene este tipo de comportamiento para adoptar patrones saludables.
En segundo lugar, se debe desarrollar una autoestima alta e independiente de las valoraciones de los demás, dejando de lado el sentimiento de culpa. Para ello, será indispensable construir una narrativa positiva de sí mismo que persiga el progreso en la vida y la satisfacción personal.
En este sentido, es importante comprender y expresar las emociones de una forma sana y beneficiosa. Y pedir ayuda cuando se necesita, ya que cuando se tienen conductas autodestructivas hay una tendencia de aislamiento y se acaba perpetuando la problemática. Por este motivo, es importante compartir los sentimientos con los seres queridos, ya no siempre disponemos de los recursos necesarios de autorregulación y autogestión.
Por último, es fundamental establecer conductas de autocuidado, buscando tiempo para hacer las cosas que nos gustan, sin dejar de cuidar a los demás.
