Editorial
Como una auténtica contraofensiva contra las autonomías dirigidas por el Partido Popular, el Gobierno de España ha propuesto su nueva medida fiscal, que tratará de gravar a las grandes fortunas a través de un nuevo impuesto que entrará en vigor el enero de 2023.
Se trata de una propuesta de la que se ha oído hablar en múltiples ocasiones, y que los economistas cuestionan debido a la fuga de capitales que pudiera vivir nuestro país, siendo esta una norma que en vez de beneficiar la economía nacional, pudiera suponer un verdadero desastre para el fisco.
Una acometida que comenzaba en los territorios populares de Madrid y Andalucía, con la eliminación del impuesto de Patrimonio, a la que ya ha seguido Galicia con una reducción del 50%, mientras que en Castilla y León aún no ha sido anunciada una medida similar.
Por ello, el Ministerio de Hacienda ya ha anunciado su plan para recaudar lo previsto y viene de la mano de este impuesto a las grandes fortunas, además de los previstos a la banca o las energéticas.
Sin embargo, lo que la ministra María Jesús Montero no ha explicado durante su rueda de prensa es todo el descontento que puede causar en el empresariado español, pese al “mayor esfuerzo” que les solicita Hacienda. Y es que estas empresas pueden tardar menos de quince minutos en hacer desaparecer su capital, con lo que nuestro Gobierno lo único que nos traería sería una menor recaudación y una espantada del dinero.
Respecto a lo previsto con la banca y las energéticas, ya hemos sido testigos de cómo se las gastan con las imposiciones tributarias. Su respuesta ha sido una subida de precios, que afecta no sólo a la clase media y trabajadora, sino que también redunda en gran medida en las empresas.
Con todas estas medidas y contramedidas, pareciera que nuestros políticos sólo tienen presente un horizonte. Este es el de la cita electoral que tendrá lugar, de manera previsible, el próximo mes de noviembre de 2023.
Por ello, las administraciones autonómicas y estatales están tratando de imponer su fuerza, con propuestas que dejen entrever su ideario antes de que el ciudadano deposite su voto en la urna. Mientras tanto, en medio de toda esta guerra continúa estando el ciudadano, que pide soluciones ante la subida de galopante de los precios, inmerso en una crisis sin haberse aún repuesto de la anterior.
La Voz de Medina y Comarca
