En una operación policial sin precedentes, la Policía Nacional ha desarticulado una red de explotación sexual en Valladolid, con la detención de un individuo acusado de proxenetismo y amenazas, y la liberación de dos mujeres víctimas de este macabro entramado.
El arresto se produjo como resultado de una exhaustiva labor de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades (UCRIF) de Valladolid, dedicada a la detección y asistencia a víctimas de explotación y trata de seres humanos. La unidad realizó inspecciones periódicas en domicilios y locales donde se ejerce la prostitución, lo que condujo al descubrimiento de un piso utilizado para tal fin.
El proxeneta, aprovechándose de la necesidad de vivienda de las mujeres, les exigía el pago de 100 euros semanales por el alquiler de las habitaciones, además del 50% de las ganancias obtenidas por sus servicios sexuales. Bajo su control absoluto, las víctimas eran forzadas a ejercer la prostitución, reteniendo incluso sus documentos personales y obligándolas a estar disponibles las 24 horas del día.
Una de las víctimas, completamente ajena al mundo de la prostitución, fue engañada creyendo que alquilaba un espacio económico, pero pronto se vio atrapada en un círculo de explotación y abuso. La otra mujer, prometida como «protegida» del proxeneta, era sometida a exigencias sexuales degradantes y amenazas si se negaba a cumplir con sus demandas.
Ambas mujeres vivían encerradas en el piso, bajo estricta vigilancia del detenido, quien solo les permitía salir para comprar alimentos, manteniendo así un control total sobre sus vidas.
La operación policial culminó el pasado 1 de abril con la liberación de las dos víctimas y la detención del proxeneta, poniendo fin a su régimen de terror y explotación.
