La Guardia Civil ha dado un golpe al crimen cibernético al detener a siete individuos en diferentes puntos de España, incluyendo Málaga, Barcelona, Valencia y Zamora. Estos individuos son acusados de perpetrar una estafa millonaria que ascendió a la asombrosa cifra de 3.381.000 euros. ¿Cómo lo hicieron? A través de una táctica conocida como SIM swapping.
Los líderes de esta banda delictiva tenían su base en Málaga, pero sus operaciones se extendían hasta Venezuela, donde se contabilizó hasta 74 miembros asociados a la organización. La técnica utilizada consistía en duplicar de manera fraudulenta la tarjeta SIM de los teléfonos móviles de las víctimas, suplantando así su identidad.
Una vez logrado esto, los ciberdelincuentes accedían a la información personal de las víctimas, tomando el control de sus aplicaciones móviles y suplantándolos en sus redes sociales y correos electrónicos. Pero el golpe más grave lo daban en la banca digital, donde mediante los SMS de verificación enviados al número de teléfono, lograban acceder a las cuentas bancarias de las víctimas.
Una vez dentro de las cuentas, los estafadores vaciaban las mismas realizando transacciones fraudulentas como contratar préstamos, adquirir líneas telefónicas o hacer compras de alto valor en plataformas internacionales.
Para lavar el dinero obtenido ilegalmente, la banda utilizaba intermediarios conocidos como «mulas», reclutadas a través de las redes sociales. Estas personas, a cambio de una suma de dinero, se encargaban de transferir las ganancias ilícitas a una cuenta bancaria ubicada en Miami, Estados Unidos.
La investigación que llevó a la desarticulación de esta red delictiva fue iniciada después de que un residente de La Zubia denunciara haber sido estafado por más de 25.000 euros. La estafa se llevó a cabo mediante la alteración de sus cuentas bancarias, tanto personales como empresariales, tras recibir un correo electrónico solicitando un cambio de contraseña.
Los dos lugartenientes de la organización, ciudadanos venezolanos viviendo en Málaga, fueron identificados durante la investigación. En los registros realizados en sus domicilios, la Guardia Civil se incautó de diversos dispositivos electrónicos, tarjetas bancarias, criptomonedas y documentación relevante para el caso.
Con esta operación, las autoridades esperan enviar un mensaje contundente a los ciberdelincuentes y reforzar la seguridad digital en todo el país.
