En dos semanas, el mundo dará la bienvenida al 2024 entre champán y confeti, pero en el caso de España lo haremos tras habernos metido doce uvas a presión en la boca al sonido de una campanas, que cada año sentimos que suenan más rápido. Pero lo que mucha gente hará, previamente, será tomar papel y bolígrafo y escribir esos propósitos de Año Nuevo que, aunque pretendan conseguirlos, muchos de ellos saben que no moverán un dedo por alcanzar sus preciadas metas.
Hay quienes empezarán a ahorrar para el viaje de sus sueños, o por aficionarse a la lectura. Y habrá quienes decidirán pasar más tiempo con los suyos o tomarse tiempos para uno mismo. Aunque, los más resonados, sin duda, son dos clásicos de la historia: dejar de fumar o de beber y hacer más deporte. Habrá quienes, para conseguir pareja, se tomen las uvas debajo de la mesa, usen ropa interior roja para atraer la buena suerte en Nochevieja, introduzcan un anillo en la copa de champán o barran de dentro hacia fuera para expulsar las malas vibraciones. Un sinfín de rituales de Fin de Año que sacan la creatividad de todas aquellas personas que los entonan.
¿Incluirán alguna voluntad en esa lista nuestros políticos? Muchos de ellos deberían agarrar una libreta y llenarla de propósitos hasta el final de sus páginas. Sobre todo el presidente Pedro Sánchez, obligándose a acudir a cada una de las sesiones de control del Congreso de los Diputados, pues el pasado miércoles el mandatario se encontraba en Estrasburgo clausurando la presidencia española del Consejo de la Unión Europea y negando tener apuntado en la agenda una reunión con Puigdemont. Un pequeño juego de dimes y diretes donde entre ambas partes no se ponen de acuerdo de cuándo se ha fijado la reunión entre ambos políticos. Los de Junts aseguran que se concentrarán para ahondar en la negociación y profundizar en la resolución del «conflicto político», aunque aún no hay fecha para el encuentro; mientras que el PSOE niega el encuentro y desvía el tema apuntando que en su diario se encuentra su cita con Aragonès.
Probablemente, lo que deba apuntar en esa libreta sea tener más en cuenta las opiniones de los ciudadanos y escuchar al pueblo; un propósito tentador hablando de una persona que obra en individual sin pensar las consecuencias que sus actos pueden acarrear al país. Esta semana, Sánchez defendía que la polémica Ley de la Amnistía era «un paso muy importante en la buena dirección», abriendo así las puertas del país a una persona que huyó de él prófugo de la justicia. Misma persona que, previo a los comicios del 23 de julio, detallaba que la amnistía no podía llevarse a cabo porque “no entraba en la legislación y en la Constitución Española”. Mucho ha cambiado la película en cuestión de meses. Teniendo en cuenta este aspecto, quizás sería mejor que escribiera, como propósito, trabajar en la personalidad, aprender a no mentir y dejar de ser tan voluble.
