En un año marcado por adversidades, el sector primario de Castilla y León cierra el 2023 con un balance preocupante. La Alianza UPA-COAG destaca factores como la sequía, la incidencia de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), altos costes de producción y precios bajos que han golpeado duramente a agricultores y ganaderos de la región.
La sequía y las altas temperaturas han provocado la segunda peor cosecha del siglo en el sector de cereales, con una reducción del 50% frente a un año medio. Los costos de producción se han mantenido elevados, especialmente en abonos, fertilizantes, maquinaria y combustibles. El impacto se traduce en una preocupante situación económica para las explotaciones familiares, que se endeudan para afrontar gastos con ingresos limitados.
La Alianza UPA-COAG destaca la necesidad urgente de reforzar la Ley de Cadena Alimentaria como salvaguarda para la supervivencia de las explotaciones familiares. Aunque reconocen el esfuerzo de los agricultores frente a los cambios en la nueva PAC, denuncian la falta de interlocución efectiva por parte de la Consejería de Agricultura y la negativa del presidente de la Junta a mantener encuentros anuales.
La EHE ha representado un desafío adicional para los ganaderos, con más de 3,000 explotaciones afectadas y más de 6,000 reses muertas en 2023. La Alianza UPA-COAG exige la activación de ayudas adicionales y la implicación directa del Ministerio de Agricultura para paliar las pérdidas.
El cambio climático y la geopolítica internacional también han impactado en el sector, destacando la gestión crucial del recurso del agua. La Alianza UPA-COAG reclama una mejor planificación y recursos para infraestructuras de regulación, embalses e interconexión de cuencas.
En el ámbito normativo, el sector ha afrontado los desafíos de la nueva PAC, adaptándose a las exigencias de ecorregímenes. La Alianza UPA-COAG aboga por la compatibilidad entre las demandas medioambientales y el derecho a una renta digna para los agricultores y ganaderos.
Con más de 50,000 explotaciones familiares en Castilla y León, el envejecimiento del sector y la falta de incentivos para la incorporación de jóvenes son preocupantes. La Alianza UPA-COAG reclama un mayor apoyo gubernamental, así como la regulación de energías renovables en terrenos no agrícolas y un refuerzo de los seguros agrarios.
El año 2024 se presenta como clave para la agricultura y ganadería familiar de Castilla y León, requiriendo un compromiso firme del nuevo Gobierno central y la Junta. La Alianza UPA-COAG seguirá trabajando para que se reconozca el papel vital de los agricultores y ganaderos como impulsores de riqueza, gestión y sostenibilidad en la región.