Pacto con el diablo

El PSOE y ERC han sellado este jueves un acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. Una firma que ha sentenciado a España a pagar una gran deuda con los catalanes, pues en este se incluye el compromiso para el traspaso de Rodalies, el servicio ferroviario de Cercanías, el cual pasará de las manos del Ministerio de Transportes a las de la Generalitat. Pero esa no es la cuestión por la cual nuestro país deberá ‘soltar’ dinero para formar un Gobierno. Los socialistas les perdonarán la friolera cantidad de 14.000 millones de euros de déficit. Una cuantía ínfima para sentarse en un sillón en el Congreso de los Diputados, ¿no? Pues no, será una cuota que deberemos pagar con nuestros impuestos todos y cada uno de los ciudadanos. Y es que se les va a condonar del 20% de la deuda contraída por Cataluña a través del Fondo de Liquidez Autonómica.

Cara tinta ha salido la del bolígrafo con el que se han firmado los documentos entre ambas formaciones. Sin olvidarse, por supuesto, de la dichosa Ley de Amnistía que tantos dolores de cabeza está dando a muchos españoles y que está siendo la comidilla de los políticos desde hace unas semanas.

Con los pactos que Sánchez pretende lograr con todos los partidos independentistas del territorio nacional, el madrileño entrega todas sus cartas de la baraja y vende España a los que la odian, desprecia y no se sienten parte de ella. La deslegitimación de las alternativas democráticas a su Gobierno y la ambición del socialista por preservar el poder de España ha sido el prólogo de un proceso que, en la jornada del 2 de noviembre, ha revelado las consecuencias que esto supondrá. En una mesa redonda, el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras, sonreían felices y contentos tras haber firmado un acuerdo. Uno por haberse salido con la suya y mantener el cargo de su ‘jefe’ y el otro por haber logrado unas aportaciones beneficiosas para su Comunidad Autónoma. Sobre todo, teniendo en cuenta que el catalán fue condenado por un delito de desobediencia en concurso real con malversación aunque, posteriormente, fue indultado en lo que fue el primer pago por el apoyo a los socialistas en la pasada legislatura.

Perder la partida para lo que se supone que será ganar un asiento en el hemiciclo sin pensar en las cabezas rodando que dejará a su paso. O más bien, sin tener en cuenta las cabezas y víctimas que han dejado algunos de sus nuevos compañeros de gobierno. Pero para hablar de este aspecto, habrá que hacer un pequeño salto hasta el País Vasco y verse las caras con el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Un político que, con su puño y letra, escribió un manuscrito en 1983 dando órdenes a otro etarra para realizar un secuestro perfecto. Llegados a este punto, y con un acuerdo cercano para dejar a la derecha sin opciones, está claro que el PSOE no está teniendo la cabeza lo suficientemente fría para darse cuenta de con quién está pactando, el precio y las secuelas que esto va a conllevar al país que se supone que respeta.