Redacción.-
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha alzado su voz de alarma ante un supuesto «plan orquestado» que, según la organización agraria, busca poner fin a la tradicional cosecha de almendros de secano en España en favor de cultivos intensivos de regadío y la importación masiva de almendras californianas. Este conflicto plantea desafíos significativos para los agricultores de almendras locales y la industria del país.
El sector de la almendra en España se encuentra en una situación de agitación. A pesar de ser el segundo productor mundial, con 370.000 toneladas cosechadas el año pasado, el país también es el principal importador, con 100.000 toneladas provenientes principalmente de California. La demanda de almendras está en constante crecimiento debido al auge de productos como el dulce y el turrón que requieren grandes cantidades de este fruto seco para su elaboración.
Sin embargo, los agricultores de almendras en secano, que representan aproximadamente el 80% del total, se enfrentan a una situación desafiante. Su producción, que solo alcanza alrededor del 30% de una campaña media, no logra generar ingresos que cubran sus costos de producción. Según UPA, esto se debe a un plan orquestado por industriales, importadores y algunas cooperativas que están impulsando la sustitución de la producción de secano por cultivos intensivos de regadío.
En la última década, la superficie de almendros en regadío ha crecido diez veces más que la de secano, un modelo impulsado por grandes propietarios y fondos de inversión atraídos por la supuesta rentabilidad de los frutos secos. Esto, combinado con las importaciones masivas de almendras estadounidenses, ha llevado a una situación preocupante. Desde UPA afirman: «Hoy en día, la almendra de California es más económica para los industriales que la española».
Además, UPA denuncia prácticas ilegales en la industria de la almendra. Según la organización, algunos industriales españoles están importando almendras californianas con cáscara, procesándolas en España, y luego las etiquetan y reexportan como almendra española, una acción que califican de «totalmente ilegal».
Los agricultores también sospechan que ciertos dulces navideños, muchos de ellos con Denominaciones de Origen, podrían estar siendo elaborados con almendras californianas, lo que aumentaría las ganancias de las industrias pero disminuiría la calidad del producto y, sobre todo, violaría las regulaciones de etiquetado al no reconocer el origen extranjero de la materia prima.
Ante esta situación, UPA ha solicitado una reunión con el Ministerio de Agricultura para proponer un plan de protección y promoción de la almendra española. Sus demandas incluyen un mayor control de las importaciones desde Estados Unidos, e incluso la posibilidad de imponer aranceles. Además, piden una revisión de la Ley de la Cadena Alimentaria, la creación de una marca de calidad para las almendras españolas, reformas en el seguro agrario de frutos secos y una mayor transparencia en el funcionamiento de las lonjas agrícolas.
