La Voz.- En un giro inesperado, la región de Castilla y León ha pasado de una situación libre de restricciones a enfrentar medidas restrictivas en dos de sus provincias en tan solo una semana. El foco de atención se centra en el rápido avance de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en el ganado de la Comunidad Autónoma, lo que ha llevado a la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) a solicitar una reunión urgente con las autoridades regionales.
La situación comenzó a agravarse cuando la provincia de Ávila, que había sido excluida de las zonas con restricciones el 1 de agosto, experimentó un cambio abrupto. A partir de mañana, tanto Salamanca como Zamora también se sumarán a la lista de provincias afectadas, tras la detección de un foco en la localidad de Ledesma.
La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica es una patología viral transmitida por mosquitos que afecta inicialmente a la fauna silvestre, como ciervos y corzos, antes de propagarse al ganado bovino. A pesar de no representar un riesgo para la salud humana ni para el consumo de productos cárnicos o lácteos, la EHE impone graves pérdidas económicas a las explotaciones ganaderas. La necesidad de tratamientos específicos y costosos para los animales afectados, junto con la pérdida de productividad, ha dejado a las ganaderías en una situación delicada, exacerbada por las actuales condiciones de sequía y altos costos de producción.
En este contexto, Asaja de Castilla y León ha levantado la voz exigiendo respuestas claras por parte de la Consejería. Donaciano Dujo, presidente de la organización, enfatizó la importancia de evitar la desinformación para prevenir alarmas innecesarias y garantizar la adopción de medidas de prevención adecuadas. Dujo también resaltó la necesidad de una comunicación fluida entre la Consejería y las Organizaciones de Productores Agrarios (OPA), señalando que la EHE no es el primer caso en el que la falta de agilidad por parte de las autoridades deja al sector desamparado.
