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domingo, mayo 5, 2024

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¿El clima realmente afecta al dolor en nuestros huesos?

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Redacción.-

Enfermedades reumáticas, como la artrosis y la artritis, han llevado a muchas personas a afirmar que son sensibles a los cambios climáticos, especialmente cuando se avecina la lluvia. Sin embargo, hasta la fecha, los estudios no han logrado demostrar una relación concluyente entre el clima y el dolor óseo.

Aunque la artrosis y sus síntomas no estén directamente relacionados con las diferentes temperaturas, diversos estudios han indicado que algunos síntomas pueden intensificarse y empeorar con los cambios climáticos, especialmente cuando hay alteraciones en la presión atmosférica.

¿Por qué el clima afecta a nuestras articulaciones?

En el interior de nuestras articulaciones y tendones se encuentran los barorreceptores, unos receptores sensoriales altamente sensibles a los cambios de presión atmosférica.

¿Qué tipo de clima puede afectar a la artrosis?

Existen diferentes condiciones climáticas que podrían estar relacionadas con la artrosis, como el frío, el calor, la lluvia y la humedad.

Frío: Cuando las temperaturas descienden, la viscosidad del líquido sinovial aumenta, lo que provoca rigidez y fricción en las articulaciones.

Calor: Con el incremento de las temperaturas, la producción de líquido sinovial también aumenta, lo que puede llevar a derrames e inflamación en las articulaciones de los pacientes con enfermedades reumáticas.

Lluvia: Cuando se avecina la lluvia, la presión atmosférica disminuye, lo que activa los barorreceptores y puede causar dolor en las articulaciones.

Humedad: Diversos estudios e investigaciones sugieren que los pacientes con problemas reumáticos, como la artrosis o la artritis, experimentan más dolor durante épocas de mayor humedad, como el otoño.

Si bien los estudios no han encontrado evidencia concluyente sobre la influencia directa del clima en el dolor de los huesos, es importante tener en cuenta que cada persona puede experimentar sensibilidades individuales. Por lo tanto, es fundamental escuchar a nuestros cuerpos y tomar medidas para aliviar el malestar, como mantenerse activo, aplicar calor o frío localizado, y seguir las recomendaciones médicas.

En última instancia, la relación entre el clima y el dolor óseo sigue siendo un tema debatido y en constante investigación. Mientras tanto, lo más importante es buscar tratamientos adecuados y adoptar un enfoque integral para el cuidado de nuestra salud articular, independientemente de las condiciones climáticas que enfrentemos.

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