Redacción.- Publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la Orden del Gobierno ha declarado oficialmente el fin de la crisis sanitaria causada por la COVID-19. Esta decisión ha sido tomada tras el análisis exhaustivo del informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad y en concordancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De esta manera, se inicia una nueva etapa en la gestión de la enfermedad, enfocada en una perspectiva de sostenibilidad a largo plazo.
Una de las medidas más destacadas es que la obligatoriedad del uso de mascarillas en los espacios en los que aún se mantenía, decae a partir de este momento. No obstante, tanto la ciudadanía como las autoridades sanitarias son instadas a mantener la cultura de responsabilidad adquirida durante la pandemia. Se sugiere que se continúe utilizando mascarillas y otras medidas higiénicas, especialmente si se presentan síntomas de infección respiratoria.
A pesar del fin de la obligatoriedad, se ha subrayado la importancia del uso de mascarillas en ciertos contextos y situaciones particulares en los centros sanitarios. Por ejemplo, las personas sintomáticas deberán seguir utilizando mascarillas en espacios compartidos, al igual que los profesionales que atienden a pacientes con síntomas. También se enfatiza el uso de mascarillas entre el personal de las unidades de cuidados intensivos (UCIs) y aquellas con pacientes vulnerables, siguiendo estrictamente las recomendaciones de control de infección.
En las urgencias hospitalarias y de atención primaria, incluyendo las salas de espera, también se continuará implementando el uso de mascarillas como medida preventiva.
Para los centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad, si bien no se recomienda el uso universal de mascarillas, se considera necesario tomar precauciones adicionales en caso de que aparezcan síntomas en trabajadores, residentes o visitantes para evitar la aparición de brotes.
