Editorial
Lejos de ser la sociedad más avanzada, EEUU muestra una vez más su cara más vergonzante al mundo, a través del triste tiroteo vivido -en esta ocasión- en la localidad texana de Uvalde, donde 19 niños y dos profesores han muerto después de recibir disparos de un joven que pudo comprar una pistola y un rifle de asalto sólo dos días después de cumplir la mayoría de edad.
Esta masacre, y la vivida en Búfalo hace días, parecen replantear una vez más en este país las leyes sobre la tenencia de armas, en este caso, poniendo el punto de mira en los rifles de asalto.
Y es que no es una casualidad que se produzcan este tipo de masacres, es algo con lo que conviven los estadounidenses de manera habitual. Según los datos aportados por el Archivo de la Violencia Armada, sólo en 2020 se han producido 212 tiroteos masivos en el país, mientras que el pasado año se llegó a la cifra de 693. Desde hace ocho años ha habido un aumento casi constante en estas estadísticas, que han pasado de los 300 anuales a más de 600 en los últimos años 2020 y 2021.
Un tema muy polémico para los ciudadanos de los EEUU, que resulta irrelevante para los europeos, donde el uso y adquisición de este tipo de armas está mucho más regulado y queda en manos de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como de las personas aficionadas a la caza.
Parece evidente que ese acceso a las armas es lo que trae consigo este tipo de catástrofes. En Europa no vemos normal que cualquier persona pueda adquirir con tan pocos requisitos una pistola, un rifle de asalto o armas de gran alcance.
La excusa de EEUU viene desde hace más de doscientos años, y está apoyada en su propia Constitución a través de la Segunda Enmienda, aprobada en 1791 y que protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas.
Mientras tanto, en España sólo nos encontramos con este tipo de casos cuando se trata de criminales pertenecientes a bandas organizadas. De hecho, lo más próximo a estos sucesos violentos los vemos entre los ciudadanos que portan armas blancas, cuando cualquier tipo de discusión acalorada puede dar como resultado un disgusto mucho mayor.
Por suerte, España no tiene ningún tipo de debate sobre el derecho a portar armas. Ni el partido más situado a la derecha en nuestro panorama político lo defiende, sino que solicitan que se puedan utilizar en los casos en los que se produzcan asaltos en los domicilios.
Esto dista mucho del debate que afronta EEUU de manera habitual, pues semana a semana nos encontramos con tragedias que desde luego no deberían sucederse en un país civilizado.
La Voz de Medina y Comarca
