Medina no se mueve
Con escasas y encomiables excepciones, caso de la Residencia de Mayores y, en su día, la petición de construcción de un Hospital, los medinenses ver pasar los acontecimientos que afectan a sus vidas, ya sea por cuestiones locales o nacionales, de forma tal que “la cosa” parece no ir con ellos, quizás por haberse instalado en la creencia de que el Estado y el conjunto de las Administraciones son los encargados de resolver todos los problemas sin necesidad de la implicación ciudadana.
Si se trata del Primero de Mayo, fiesta reivindicativa por antonomasia, no más de tres centenares de medinenses se echan a la calle para exigir aquello a lo que tienen derecho como trabajadores. Si la cuestión afecta, como pasó el miércoles, a la reivindicación no ya de unas pensiones dignas sino simplemente como protesta por la irrisoria subida del 0,25% de las mismas, los concentrados en la Plaza Mayor no llegaron a los doscientos. Y si se trata de luchar para evitar el cierre de una factoría, caso de Made, que dejará en la calle a un centenar de familias, las concentraciones a las puertas de la misma no llegan ni al número de personas que van a ser despedidas.
Es de reconocer que tales casos son preocupantes y que, como ahora se dice, “es para hacérselo mirar”.
Eso sí, entre los asistentes a este tipo de actos reivindicativos, además de las escasas personas que se echan a la calle por convicción y que son siempre las mismas, no faltan los políticos oportunistas y los que en ciernes aspiran a serlo con el fin de salir en la foto con fines propagandistas.
Sin embargo, en otros municipios, ya sean mayores o de un tamaño similar al de Medina, los ciudadanos salen a las calles para defender, con uñas y dientes, sus derechos y también los de los demás, ya que aunque éstos no les afecten de forma directa hay que mostrar con los que sufren la solidaridad más absoluta.
Los anteriores asertos inducen a preguntarse ¿qué es lo que pasa en Medina y qué acontece con los medinenses que nada parece afectarlos?.
Sin embargo, la respuesta a tal pregunta está en los propios medinenses, en esos que de forma callada sufren; y en esos otros que de manera sonora, en bares y corrillos, por todo protestan y cuando llega el momento no responden a las convocatorias que otros hacen o no se implican para ser ellos los convocantes con un aire fresco y diferente al actual.
Con el conformismo y la inacción no se va a ninguna parte, por lo que ya va siendo hora de que los medinenses de todas las edades abandonen ambas actitudes para defender lo suyo, que las soluciones sólo pueden llegar de la mano de todos, cuando todos pelean por ellas al unísono.
La Voz de Medina y Comarca