Paula de la Fuente
Su amplia sonrisa sigue siendo el reflejo de lo que se alberga en su interior. José Manuel Barrocal volvió a renacer un 29 de julio del año 2019 y es ahora cuando, a través de técnicas de aprendizaje y superación, ha plasmado su recorrido en el libro «Código para renacer». Una primera obra que ha llamado a las puertas del interés de una gran parte de la población que conoce su historia, la de un repartidor que sufrió un fatal accidente de tráfico realizando sus labores, que le llevó incluso a estar en coma. Él tiene claro que de todo, incluso de esos peores momentos, se puede extraer un aprendizaje. Lecciones que le hacen insistir en que esta vida es absolutamente maravillosa. Este viernes ha presentado su libro en la Biblioteca Municipal Gerardo Moraleja pero también ha conversado con La Voz de Medina y Comarca sobre la aventura que guardan las páginas de este «Código para renacer».
Este mismo viernes presenta en Medina del Campo su nuevo libro «Código para renacer», ¿qué podremos encontrarnos en esta historia?
Es una historia de superación personal que me ha servido para sanar en mí y pueda servir de ejemplo para que esas personas que necesitan un cambio puedan generarlo.
¿Cuál es su código para renacer?
Es la simbología del 29 de julio. En el libro lo transmito con dos aprendizajes que para mí han sido maravillosos. Uno es el agradecimiento, de hecho te agradezco que me des esta oportunidad de poder expresar lo que llevo dentro; luego, el propósito, el para qué. Muchas veces nos olvidamos de nosotros mismos, que hemos venido a esta tierra a hacer algo que nos diferencia de los demás. Algo que tenemos dentro de nosotros y que no somos capaces de encontrar. Estamos con el ruido y las prisas y nos olvidamos de nosotros.
¿En qué momento renace José Manuel Barrocal?, ¿qué hay detrás de ese 29 de julio?
La vida es muy sabia y si no paras tú, te para ella. En este caso, me paró de golpe y me permitió volver a renacer. Parar y reflexionar es lo que inicia siempre un cambio. Pensamos en que no llegamos a los sitios, que no hemos comprado el pan o no hemos ido a por los niños y nos perdemos el momento, que es el regalo del presente. No lo aprovechamos. ¿Cuántas personas hay que quieren emprender y no lo hacen? En mi caso, por querer ganar más dinero, casi me cuesta la vida. Muchas veces, hay que parar y decir «vale, ¿esto sirve para algo?».
Yo trabajaba como repartidor y tuve un horrible accidente trabajando. Para un optimista por naturaleza como yo, vi que incluso todo el proceso aquel podía tener algo positivo. Vi cómo me manejaba con la mano izquierda en mi recuperación; que incluso puedes formar una familia con las personas con las que estuve en el Centro de Majadahonda; que tienes esos recuerdos para siempre y que disfrutas del momento. Si lo haces, aceptas lo que te viene.
En este caso, esa aceptación me sirvió para librarme incluso de operaciones. Yo tenía pendiente operaciones, en las que me iban a volver a intervenir en el brazo. Solo con las ganas, me quitaron el fijador para probar cómo me iba. Probamos y funcionó. Tuve la misma experiencia con la cirugía vascular- Al rompérseme la arteria, la vida es tan mágica que vuelve a ramificar en ti nuevos caminos. Parece que fue un nuevo brotar y otra operación que evadimos. Muchas veces no soltamos esas riendas y, cuando las sueltas, aparece la magia de la vida, que es la que te encuentra nuevos caminos, destinos y bifurcaciones.
¿Cómo se transforma el dolor, en un principio, de aquel trágico accidente de tráfico, en todos estos aprendizajes?
Es como un guiso que ha sido a fuego lento. Yo es verdad que no sufrí tanto, fue más mis personas queridas y familiares porque, al final, estás en el hospital, te despiertas y tienes mucha medicación. Tanta que no te repercute en el día a día y ni te das cuenta del proceso vivido, tampoco los siete días en coma y aquella operaciones que se produjeron en esos primeros días de vida o muerte. El que le digan a tu familia: «si aguanta este día, va bien». Todo eso me ha llegado por vivencias pero no lo he sentido porque creo que el cerebro es tan listo, que algo que duele tanto, decide obviar esa información y enfocarse en la parte positiva. Es verdad que no recuerdo prácticamente nada del accidente. Ni siquiera la parte negativa.
Desde las primeras páginas de agradecimiento se encojen el alma. Da las gracias absolutamente a todas las personas que han pasado por su vida…
El destino, llámalo casualidad o causalidad, aparece en el momento oportuno. Seguramente, me olvide de bastantes personas que han estado en este camino. Seguramente solo en agradecimientos podría escribir otro libro. Pero he intentado incorporar a las personas que han hecho posible que el libro madure.
¿Cómo ha vivido su familia este proyecto de «Código para renacer»?
Mis padres creyeron que yo me estaba volviendo incluso loco con todos estos aprendizajes. Sin embargo, creo que este libro va a hacer que me entiendan mucho más. Que tu padre, que no es lector, coja el libro y empiece a leerlo a su ritmo, es un orgullo. Me pasa lo mismo con mi madre o con mi hermana Sofía, que no son muy de leer. Intentar que mi hijo aprenda de su padre es para sentirse orgulloso. No sé si será el momento ahora, con 14 años, de que se lo lea, pero sé que en algún momento de su vida cogerá el libro que le he dedicado y se acordará y sacará el aprendizaje que tenga que ser. Hoy posiblemente sea uno y, si se lo vuelve a releer cuando madure, aprenderá otra cosa.
¿Qué destacaría de todas estas páginas?
La escritura fue lo que me permitió sacar adelante este libro. En él explico el procedimiento del ‘coaching’, a raíz de la formación que he tenido que me permite ser ahora mismo profesional. Hay un ejercicio, que son las páginas matutinas, que consiste en, cuando te levantas por las mañanas, coges un papel y un boli y comienzas a escribir. Ahí dices simplemente cómo te sientes. Habrá cosas importantes, otras banales, pero ese ejercicio de escribir es lo que me permitió, más tarde, hilvanar la historia y sacar adelante este libro.
Otro tema importante son los hábitos. Hace más o menos un año, mi proyecto se enfocó en ser productivo y crear hábitos. En mi libro hago referencia a este concepto. Justamente Berto Pena, quien me ha realizado el prólogo, es un experto en productividad. Cambiar nuestros paradigmas es esencial. Es como las capas de cebolla. La primera siempre es muy superficial, la segunda un poquito menos y la última ya consiste en creerte esa identidad. Quiero decir, si quieres ser escritor, tienes que creerte que puedes llegar a serlo.
¿Y qué hay de conocerse y estar bien con uno mismo?
En el máster de Coaching tenemos tres módulos de inteligencia emocional que son muy a los inicios del máster y te sirven como brújula para saber quién quieres ser. Es importante tener esa gestión emocional, ya que las personas de mi generación no la han tenido. Ahora se comienza hablar de la gestión emocional. Nosotros somos personas heridas. Nuestros padres mucho más incluso, porque han sido educados con el castigo y mano dura.
¿Qué emoción sintió al recibir todos sus libros para ponerlos a la venta?
Una alegría que explotó en mí. Satisfacción y disfrute. Incluso hice un pequeño baile. Actualmente los medinenses podrán adquirir el ejemplar en la librería de González Iglesias. También el resto de personas podrán adquirirlo en Amazon, en su versión digital y papel.
¿Qué camino recorrerá su libro?
Soy primerizo y tengo que estructurar un plan. Pero quiero ir a Majadahonda a presentar este libro y ayudar a todas esas personas en una recuperación similar a la que yo tuve. También tengo previsto estar en la Feria del Libro de Medina.
