Peñafiel se despidió de la Semana Santa con un evento cargado de emoción y fervor religioso: la Bajada del Ángel. El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, se unió a los lugareños, liderados por el alcalde Roberto Díez, para presenciar este arraigado acontecimiento.
En esta ocasión, la encargada de personificar al ángel fue la pequeña Julia Soria, quien con ternura representó el momento en que el celestial mensajero revela a la Virgen María la buena nueva. Esta emotiva escena, que se remonta a la historia medieval del municipio, simboliza el renacimiento y la esperanza, manteniendo viva la tradición de las procesiones religiosas a lo largo de los siglos.
Después de una semana de recogimiento por la pasión de Jesucristo, la Plaza del Coso se transformó en un escenario de ensueño para la Bajada del Ángel. Este acto, que representa el anuncio celestial de la Resurrección, no solo es una tradición arraigada, sino también una manifestación palpable de la fe y devoción de los habitantes de esta localidad vallisoletana.
Cómo esta representación tan cutre puede resultar tan turística? Q horror
Coincido. Es una escenificación cutre y salchichera, además de chabacana. Supongo que como lo de las luces de navidad, que hay quien que se qued absorto mirándolas, y hasta es capaz de chuparse 4 oras de viaje para ir a verlas a otra ciudad. También hay quien va de procesión ¿? y no saber por qué
Totalmente de acuerdo contigo Bro. No lo decía por faltar, simplemente es muy penoso un niño con una maroma sostenido al vacío para quitar un paño. En fin,la naturaleza humana es un misterio