En una reciente campaña de vigilancia realizada por la Dirección General de Tráfico entre el 22 y el 26 de enero, se descubrió que uno de cada tres autobuses escolares incumplía la normativa establecida para este tipo de transportes. En total, 121 vehículos fueron sancionados, generando un total de 208 denuncias formuladas.
La mayoría de las irregularidades detectadas estuvieron relacionadas con cuestiones administrativas, destacando 78 denuncias por no contar con la autorización especial para realizar transporte escolar y 35 por no tener suscrito un seguro de responsabilidad ilimitada, según exige la ley. Sin embargo, en un dato positivo, ninguno de los conductores sometidos a controles preventivos de alcohol y drogas dio positivo.
Durante las inspecciones, se constató que en solo un vehículo de los que disponían de cinturones de seguridad, estos no se utilizaban debido a anomalías en su funcionamiento. Además, ningún conductor fue sancionado por exceder los límites de velocidad establecidos.
Las deficiencias encontradas no se limitaron a aspectos administrativos. Cuatro vehículos presentaban problemas en las puertas de servicio y emergencias, mientras que otros siete fueron denunciados por no tener al día la Inspección Técnica de Vehículos.
En cuanto a la señalización obligatoria, catorce vehículos carecían de la señal V-10 de transporte escolar, y cinco no tenían el dispositivo luminoso con señal de emergencia correspondiente.
En otro aspecto, un conductor fue denunciado por no contar con una persona encargada del cuidado de los menores a bordo del autocar cuando era necesario, pero no se registraron denuncias por exceso de tiempo de conducción o minoración del descanso.
A pesar de las sanciones, las autoridades subrayan la importancia de estas campañas para garantizar la seguridad de los estudiantes durante sus trayectos escolares.
