La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León ha iniciado los estudios para valorar la posibilidad de reintroducir al lince ibérico en la región. La estrategia se enmarca en la conservación de la especie y ha identificado dos áreas prometedoras: los Cañones del Duero en Zamora y el Cerrato en Palencia, tras rigurosos análisis técnicos.
Los criterios, exigentes pero necesarios, buscan áreas con al menos 10,000 hectáreas de hábitat idóneo y densidad adecuada de conejos para garantizar una población sostenible a largo plazo. Este paso crucial ha recibido la validación del Grupo de Trabajo del Lince Ibérico, vinculado al Comité de Flora y Fauna a nivel estatal.
Para asegurar la viabilidad del proyecto, expertos de la Junta de Andalucía, Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y Fundación CBD-Hábitat, socios del Life Lynxconnect, han inspeccionado las áreas propuestas esta semana. Su evaluación en terreno permitirá definir las acciones necesarias para la reintroducción.
La próxima etapa incluirá una fase de divulgación y comunicación del proyecto a la población local, buscando el apoyo social necesario. El lince ibérico desapareció de Castilla y León en la década de los ochenta o noventa debido a la Enfermedad Hemorrágico Vírica y la disminución de las poblaciones de conejos.
Desde el 2002, programas de conservación han elevado la población de linces a 1,668 individuos, pero desafíos demográficos y genéticos persisten. Estudios recientes indican la necesidad de aumentar el tamaño de las subpoblaciones entre un 50 % y un 200 %. La colaboración de cazadores, gestores y propietarios de fincas privadas ha sido clave en esta recuperación.
El lince ibérico, catalogado como especie en peligro de extinción, actúa como controlador natural de depredadores y beneficia a la agricultura al alimentarse principalmente de conejos. Su reintroducción podría potenciar el turismo de naturaleza y beneficiar tanto a la fauna como a la economía local.
