En un emotivo acto celebrado en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Valladolid, el concejal de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, Rodrigo Nieto, encabezó la conmemoración de la jornada internacional de «Ciudades por la vida, ciudades contra la Pena de Muerte». La iniciativa, en colaboración con Amnistía Internacional, buscó recordar la primera abolición de la pena capital y promover un enérgico rechazo a esta práctica.
Javier Enjuto, representante del grupo local de Amnistía Internacional, tomó la palabra durante el acto para leer un manifiesto en contra de la pena de muerte, subrayando la importancia de este gesto en la lucha por los derechos humanos.
Desde el 8 de mayo de 2018, el Ayuntamiento de Valladolid forma parte de la Red de «Ciudades por la vida, ciudades contra la pena de muerte», sumándose a más de 2.000 ciudades a nivel mundial que buscan sensibilizar a la sociedad sobre este tema. Berlín, Ámsterdam, Roma, Ginebra, París, Nairobi y Valladolid, entre otras, iluminan sus edificios emblemáticos para expresar su rechazo a la pena de muerte, considerada como un castigo cruel e inhumano.
La historia ha visto la ejecución de criminales y disidentes políticos, pero el avance en la justicia y el creciente respeto de los derechos humanos han llevado a que más de 144 países, es decir, más de dos tercios del mundo, hayan abolido la pena de muerte en sus legislaciones o en la práctica.
La abolición de la pena de muerte es un llamado a todos los estados democráticos que respetan los derechos humanos y protegen la vida de sus ciudadanos. El Ayuntamiento de Valladolid, como miembro activo de la Red, impulsa diversas acciones de sensibilización en colaboración con Amnistía Internacional, incluyendo la iluminación amarilla de la Cúpula del Milenio y eventos institucionales como el celebrado hoy.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 3, consagra el derecho a la vida como fundamental. En España, el artículo 15 de la Constitución reconoce el derecho fundamental a la vida y la integridad física, prohibiendo la tortura y cualquier trato inhumano o degradante.
Valladolid se posiciona, una vez más, como defensora de los derechos fundamentales, contribuyendo activamente a la construcción de un mundo más justo y humano.
