Redacción.– La Ganadería Extensiva en España se encuentra en una situación crítica, con la grave amenaza de desaparición, debido a la falta de apoyo y el injusto reparto de las Ayudas Básicas a la Renta provenientes de la Política Agraria Común (PAC). La Fundación Savia, que ha estado observando esta situación con creciente preocupación, denuncia la contradicción entre los elogios otorgados a esta forma de ganadería por su contribución a la sostenibilidad medioambiental y la insuficiente asignación de recursos que reciben.
A pesar de las alabanzas por parte de la Administración sobre los servicios medioambientales que presta la Ganadería Extensiva, se desvía una parte sustancial de las Ayudas Básicas a la Renta de la PAC desde los Pastos hacia otros cultivos y producciones que no cumplen con los objetivos climáticos y medioambientales que la Unión Europea persigue a través de la PAC y el Pacto Verde Europeo.
Esta preocupación se agrava aún más cuando se constata el desamparo y abandono en el que se encuentran los ganaderos de extensivo, quienes sufren una discriminación sin precedentes en el reparto presupuestario de la PAC. Estos ganaderos, que desempeñan un papel crucial en la conservación del entorno natural, se enfrentan a pérdidas económicas significativas que los llevan al cierre de sus explotaciones.
Uno de los aspectos que más preocupa a la Fundación Savia es la falta de protección integral de los Pastos en el Plan Estratégico Nacional de la PAC en España. Mientras que otros países miembros de la Unión Europea asignan ayudas más generosas a los ganaderos de extensivo, en España se otorgan tan solo 55 euros por hectárea, tres veces menos que sus homólogos italianos, franceses, griegos o portugueses.
La contradicción entre las palabras y los hechos es evidente. A pesar de que un informe del Ministerio de Agricultura en 2015 advertía de las pérdidas económicas de los ganaderos de extensivo, la situación ha empeorado considerablemente en los últimos ocho años. Las pérdidas actuales llegan a los 50 euros por oveja y año, lo que amenaza la viabilidad de estas explotaciones ganaderas.
Además, las recientes modificaciones en la PAC han creado Regiones Agrarias que penalizan a los Pastos Permanentes, reduciendo los derechos y los pagos compensatorios. Esto ha llevado a una Ayuda Básica a la Renta casi tres veces inferior a la de los agricultores. En resumen, las explotaciones ganaderas extensivas están perdiendo 150-200 euros por hectárea de Pastos adecuadamente gestionada, lo que se ha convertido en una pérdida estructural.
La Ganadería Extensiva desempeña un papel fundamental en la conservación medioambiental y en el mantenimiento de las zonas rurales despobladas. Es esencial que se restituyan en justicia las Ayudas Básicas a la Renta para la Sostenibilidad de esta actividad. Los representantes de la administración y del sector ganadero deben abordar esta crisis y asegurar un apoyo adecuado para garantizar la supervivencia de la Ganadería Extensiva en España.
