La muerte perinatal, definida como la que ocurre entre la semana 22 de gestación y los 28 días posteriores al parto, es una realidad que afecta a miles de familias en España, con alrededor de 2.000 bebés falleciendo cada año, según datos de la Asociación Umamanita. Sin embargo, este duelo a menudo se enfrenta a desafíos únicos que pueden hacer que su superación sea aún más complicada.
Montserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, explica que el duelo perinatal se caracteriza por la falta de interacción significativa con el bebé, especialmente en casos de muerte intrauterina, y la ausencia de rituales de duelo que son comunes en otras circunstancias. Además, la sociedad a menudo deslegitima este dolor, lo que lleva a comentarios insensibles que invalidan los sentimientos de quienes lo padecen.
Lacalle destaca que el sufrimiento puede ser infravalorado, incluso por la persona que lo experimenta, debido a la falta de comprensión social en torno a este tipo de duelo. Comentarios como «Eres joven, tendrás otro bebé» o «Debes intentarlo de nuevo» son comunes, pero en otros tipos de duelo, estas frases serían impensables. Esta falta de apoyo puede complicar aún más el proceso de duelo.
No hablar de la pérdida o racionalizarla en exceso son comportamientos que pueden contribuir a la prolongación del duelo, lo que finalmente resulta en reacciones emocionales negativas si la persona decide intentar concebir de nuevo. Lacalle subraya la importancia del apoyo emocional y la necesidad de afrontar la pérdida para evitar futuros síntomas de ansiedad y estrés.
En casos de duelo perinatal, la ayuda profesional a menudo es necesaria, especialmente cuando los afectados muestran conductas desadaptativas que afectan su vida diaria. Además, se recomienda que quienes enfrentan este tipo de duelo se unan a grupos de apoyo mutuo para encontrar comprensión entre personas que han pasado por experiencias similares.
La forma de lidiar con la pérdida puede variar de una persona a otra, pero es esencial encontrar una manera de despedirse del hijo esperado, ponerle nombre, y decidir qué hacer con sus pertenencias y recuerdos. Sin embargo, siempre se debe respetar el ritmo de cada individuo y pareja, ya que este proceso es único para cada caso.
El papel de la pareja en el duelo perinatal es crucial, ya que ambos miembros sufren la pérdida, aunque de manera diferente. La comunicación entre ellos es esencial para superar este dolor, ya que permite el apoyo mutuo y la comprensión de las experiencias únicas que enfrentan.
En conclusión, el duelo perinatal es un dolor que a menudo se oculta o infravalora, pero con apoyo emocional y comunicación, las personas que lo padecen pueden encontrar el camino hacia la recuperación. La sociedad tiene un papel importante en brindar comprensión y apoyo a quienes enfrentan esta triste realidad.
