A cualquiera que pueda recibir un SMS con este mensaje ‘Hola mamá, mi teléfono se ha roto, este es mi nuevo número. Enviamos un mensaje por Whatsapp en cuanto puedas’, por Dios no contestéis. No cometáis el error tan grande que nosotros no hemos sido capaces de detectar las alarmas. Sólo creíamos a nuestro hijo en un problema muy muy gordo, y estábamos dispuestos a ayudar en todo lo que de nuestra mano estuviera.
Siempre, acudid a la familia, a la Policía. Aseguraros antes de actuar a ciegas. El mundo está lleno de gente sin escrúpulos, no os creáis autosuficientes tratando de arreglarlo solos, porque sólo la angustia que hemos vivido y que nos costará superar, no hay palabras para describirlo. Lucharemos para salir adelante. Lo importante siempre seguirán siendo nuestros hijos.
Sí señores, hemos sido víctimas de una estafa. Todos nuestros ahorros nos los han quitado de un plumazo. Te pasas la vida sacrificándote para asegurarte un futuro y llegan estos sinvergüenzas y te sacan hasta la piel. Y lo peor de todo es que sólo pensar que debimos asegurarnos llamando a nuestros hijos, no lo hicimos porque no queríamos preocuparles. La urgencia con que nos pedía el dinero, sólo queríamos sacar a nuestro hijo del apuro, sin preguntar pero pidiendo que nos lo explicaría llegado el momento.
Ya nada tiene remedo. Ya no vale darlo vueltas. Ahora vamos viendo las cosas más claras, pero nos cegamos. Sólo pensábamos en nuestro hijo.
Eso sí, a esas personas les deseamos las mayores desgracias y las peores enfermedades y posiblemente se estarán riendo de nuestro ingenuidad. Pero así somos los padres, que lo damos todo por nuestros hijos. Que Dios les castigue.
I.G.R.
