Redacción.-
La inteligencia artificial (IA) basada en el aprendizaje automático está emergiendo como una herramienta clave en el campo de la salud, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) titulado «Ética y gobernanza de la inteligencia artificial para la salud». Se destaca cómo la IA puede mejorar la velocidad y precisión de los diagnósticos y la detección de enfermedades, facilitar la atención clínica y reforzar la investigación en el ámbito de la salud. Sin embargo, ahora la IA también está abriendo la puerta a otro campo con mucho potencial: el de la alimentación saludable.
Cada vez más, los expertos ven la posibilidad de tomar decisiones alimentarias basadas en la IA. Aplicaciones como DayTwo, que utiliza la IA para controlar la glucemia, o ChatGPT, que propone menús veganos con ideas para desayunos, almuerzos y cenas, ya ofrecen soluciones en este sentido. La IA permite la personalización a gran escala y ofrece una visión holística del funcionamiento del cuerpo, según Josep Curto, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta Catalunya (UOC). Sin embargo, también advierte que estamos en los primeros pasos de avances que veremos en los próximos cinco a diez años, ya que aún hay muchos aspectos que mejorar.
El funcionamiento de estas aplicaciones se basa en el entrenamiento con grandes cantidades de datos de usuario, con condiciones similares, para clasificarlos correctamente y hacer recomendaciones. «Además, deberían ser casos de uso de ensayos científicamente rigurosos (basados en el uso de inteligencia artificial). Cuando comenzamos a usarlas, compartimos nuestros datos de una medición particular para que el sistema nos clasifique adecuadamente. Cuantos más datos compartamos, mejor será el perfilado y podremos tener una evolución histórica del impacto de las recomendaciones», explica el profesor Curto. Por ejemplo, DayTwo analiza una muestra fecal para secuenciar el microbioma y luego introduce mediciones de glucosa.
Sin embargo, a pesar del potencial de la IA en la alimentación saludable, los expertos advierten que todavía hay muchos desafíos por superar. La falta de estudios científicos rigurosos es una dificultad importante. Carme Carrion, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, advierte que es muy difícil adaptar una dieta de forma individual a una persona debido al desconocimiento sobre el metabolismo individual en relación con los nutrientes que cada uno ingiere. El impacto de una misma dieta puede variar en función de los distintos parámetros fisiológicos individuales de cada persona. Carrion señala que aunque se van descubriendo cosas y se van integrando en las aplicaciones de IA, el tema de las dietas a menudo carece de suficiente evidencia científica que lo respalde.
Además, los algoritmos de IA suelen estar elaborados con datos de población general, no con población específica que sufre determinadas patologías o en poblaciones vulnerables. Esto significa que hay poblaciones que aún no pueden estar representadas en estos algoritmos
