Paula de la Fuente-. «¿Cuánto cuestan las Cantigas de Alfonso X?, ¿cuánto vale el Codex Calixtinus?», así cerró su ponencia la profesora e investigadora María Teresa López de Guereño que, en la jornada de este jueves, impartió una conferencia sobre uno de los tesoros olvidados en Medina del Campo: el Monasterio de San Saturnino. Unos restos que hoy se vislumbran ligeramente y de los que, su conservación, permitirían a la villa lucir su pasado medieval.
«El contar con ella es una garantía de que nos va a enseñar», dijo Antonio Sánchez del Barrio, director de la Fundación Museo de las Ferias, que intervino para dar la bienvenida a López como fiel reflejo de la eminencia que asistió a Medina del Campo. Así, Luis Gil, como presidente de la Asociación Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio -entidad que organizó esta cita cultural- dio paso a la presentación de López de Guereño que, además de ser profesora titular de Arte Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid, cuenta con una importante publicación bajo el nombre de «Monasterios medievales premostratenses. Reinos de Castilla y León».
Tal y como relató López de Guereño, se tiene constancia de que la fundación del Monasterio premonstratense de San Saturnino de Medina del Campo a través de una relación con la figura de Andrés Voca o Bocos, de origen francés, que trajo desde este país las reliquias de san Saturnino. Así, y con el fin de fundar monasterios en las riberas del Duero, parte de los canónigos regulares premonstratenses llegaron en contacto con Voca. Entretanto, con la colaboración de los norbertinos palentinos de San Pelayo, fundaron el citado monasterio -se estima- entre los años 1.172 y 1.178.
Es curioso cómo, a pesar de que en sus orígenes convivió el género femenino y masculino en su interior, en 1.233 se funda otra nueva empresa destinada a las féminas, ubicada -tal y como indica la profesora- en lo que hoy conocemos como el convento de las hermanas dominicas (Santa María la Real). Además de los aspectos arquitectónicos y particularidades del edificio, López de Guereño hizo alusión a un importante número de documentos que tratan, al menos citan, del Monasterio de San Saturnino.
Este edificio, que se adentra en el callejón del popular bar “El Lucio” y que va a dar a la calle Mostenses -nombre que, de hecho, hace referencia coloquialmente a los premostratenses- sufrió un incendio en 1521 y derivó, ya en 1835 con las desamortizaciones, en su abandono. Es en el año 1891 el momento en el que se tiene constancia de su dejación total.
Pero la ponencia no solo sirvió para arrojar luz al respecto de este enclave, también para enumerar una serie de propuestas que, en términos patrimoniales, podrían llevarse a efecto para conservar lo poco queda de este Monasterio. “Uno de los primeros en Medina del Campo”, recalcó López. Así, además de un estudio exhaustivo de la huella de lo que fue entonces un gran Monasterio, la profesora propone comprender este punto con un concepto básico: el de asimilar que el patrimonio no es de nadie, sino que es de todas las generaciones que están por llegar y “no somos quién para destruirlo”.
Así, y a pesar de que se trata actualmente de una propiedad privada, la Asociación Amigos del Museo y del Patrimonio de Medina del Campo adelantó en la ponencia que se está trabajando junto al Consistorio para conseguir que, al menos, se proteja.
Ante una sala repleta y expectante, López de Guereño cercioró que, a pesar de que en estas circunstancias los Gobiernos tienen otro tipo de prioridades, es siempre oportuno abrir este tipo de foros para hacer ver que el patrimonio no tiene precio. Las Cantigas, el Codex Calixtinus y el propio Monasterio de San Saturnino, tienen un valor incalculable. Y de ahí la necesidad de preservar este legado cultural para la posteridad porque, tal y como dijo la ponente, si no se conoce el pasado común, será difícil edificar un futuro con fundamento.
