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viernes, abril 26, 2024

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Una historia con final feliz que arrancó en el Hospicio de Medina del Campo

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De la Fuente-. Un expediente fechado el 1 de septiembre de 1933 del Hospicio de Medina del Campo fue el primer indicio que la hija y la nieta de Vicenta Ruiz tuvieron para dar con el paradero de la familia de la mujer citada. Un dato que no es baladí, teniendo en cuenta que poco sabía de su infancia y que ahora sus descendientes se encaminaban a la búsqueda de familiares de esta residente en Alfaro, La Rioja.

El apellido de Vicenta es sin duda significativo. ‘Ruiz’, correspondiente al prestigioso comerciante ligado a la Villa de las Ferias, cuyo patrocinio fue el eje de la construcción del Hospital de la Purísima Concepción y San Diego de Alcalá, popularmente conocido como Hospital Simón Ruiz, escenario que dio cobijo a una pequeña Vicenta -por aquel entonces llamada Asunción-. Y es que las huérfanas que llegaban sin datos de su nacimiento a este hospicio  eran dotadas entonces con el citado apellido.

«Concebido desde su construcción como general de la villa, se unificaron en él los pequeños hospitales-albergues de carácter cofradiero o parroquial con que contaba por entonces Medina -tan sólo el de Barrientos quedó exento de dicha reunificación-» explica el cronista oficial de la villa, Antonio Sánchez del Barrio en su publicación «Medina del Campo, la Villa de las Ferias», en relación al Hospital de la Purísima Concepción y San Diego de Alcalá.

De hecho, María Ángeles Barba Pérez en su tesis doctoral titulada «La alimentación y cuidados en los lactantes en el Hospicio Provincial de Valladolid entre 1900 y 1930» explica: «Los niños del torno de Medina del Campo son fácilmente reconocibles porque durante años recibieron los apellidos Barrientos de Ruiz o Ruiz de Barrientos. Eran excepción los que no los llevaban y se trataba de niños que se presentaban en su torno con nombre o certificados de bautismo o de inscripción». Y es que al reconocido Hospital de Simón Ruiz también habría que sumarle en siglos pretéritos los servicios del desaparecido Hospital del Obispo o de la Piedad, incendiado en 1810.

Así, explica Barba cómo en 1913 la dinámica se modifica, pasando el Hospital de Medina del Campo a inscribir a los huérfanos únicamente con el apellido Ruiz. Esta misma investigadora detalla aspectos fundamentales en este ámbito, tales como el Real Decreto de Carlos IV de 1796 -año en el que se despenaliza el abandono de niños en los tornos, pero sí se pena fuera de estos enclaves-, en el que se exponía la necesidad de que dichos tornos se localizaran a una distancia de no más de 12 o 14 leguas de la casa cuna central. Por dicha razón, Medina del Campo y Medina de Rioseco fueron los dos lugares donde radicaron este tipo de servicios.

Con este escenario, hoy Vicenta Ruiz puede sentir una palpable alegría al dar con el paradero de sus hermanos. Ellos mismos desconocían la existencia de la mujer, que gracias al esfuerzo de su hija y su nieta y la búsqueda de estas a través de redes sociales e internet -y posteriormente los bancos de ADN- han conseguido hallar al resto de miembros de la familia.

A pocos kilómetros de Medina del Campo, concretamente en Bobadilla del Campo, ha sido el lugar donde se ha producido este mágico reencuentro después de toda una vida separados. Dionisia, Simeón y Pedro han podido sellar un abrazo eterno con su hermana, Vicenta, y sentir cómo encajaba la pieza que había estado ausente hasta el momento. Una cita que ha tenido lugar en las últimas semanas del ya pasado 2022.

Tal y como explica el alcalde de Bobadilla del Campo, Francisco Pastor, la primera pista que la nieta e hija de Vicenta obtuvieron para hallar a los hermanos de esta fue el ya comentado expediente a nombre de Vicenta Ruiz Oriol, a fecha de 1 de septiembre de 1933, correspondiente al Hospital Simón Ruiz. Posteriormente, un sinfín de hemeroteca y el hallazgo del nombre de la madre de Vicenta, Anastasia, hizo posible ir avanzando en las investigaciones. «También se enteró de que había nacido dos años antes de lo que pensaba y, por lo tanto, tenía dos años más. Es decir, 89», relata Pastor.

Más información en la edición impresa de La Voz de Medina y Comarca

 

 

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