Y.Cobos.-
Un trabajo artesano y laborioso, en el que se cuida a mimo cada detalle, cada costura y cada remate, y donde cada pieza que sale de su taller es totalmente única. Tapizo-yo es una empresa medinense especialista en fabricación de sofás a medida; aunque estos no fueron precisamente sus principios. «Empecé en una cochera y tapizaba algunas silla o algún sillón», comenta César Jiménez, gerente del negocio. Tras una vida donde la tapicería formaba parte de su día a día, gracias al negocio familiar, César decidió dar el salto y crear su propio establecimiento. «Llevo quitando grapas desde los doce o trece años», afirma.
La llegada de un nuevo bebé a la familia hizo que su camino cambiara de rumbo y buscara una mayor estabilidad laboral y económica; decidiendo así crear Tapizo-yo. Aunque los inicios de su empresa no fueron del todo fáciles, pues asegura no haber recibido apoyo por parte de las instituciones. «Cuando te dan algo de dinero es cuando ya la has montado, pero hace falta antes de empezar», refleja.
Un trabajo muy apreciado por los clientes; pues el taller de Jiménez es de los pocos artesanales que continúan actualmente. Ante la llegada de las nuevas tecnologías y su inclusión en los procesos de producción, en Tapizo-yo no tiene pensado cambiar su manera de trabajar; pues perdería totalmente esa diferenciación tan peculiar con el resto de empresas del sector.
Hoy en día, confeccionar un sofá a medida y gusto desde el principio no se encuentra en cualquier sitio, pero para eso César cuenta con materiales de gran calidad para su realización. El trabajo en Tapizo-yo requiere de mucha especialización, no solamente tener conocimientos sobre cómo tapizar, sino también hay que tener habilidades de costura, carpintería y patronaje.
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