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sábado, abril 27, 2024

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Qué hacer si te toca o pica una medusa

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Redacción.-

En los últimos veranos, sobre todo en el mar Mediterráneo, se ha venido produciendo la llegada de poblaciones de medusas que, arrastradas por las corrientes marinas, alcanzan las playas dificultando e impidiendo el baño e incluso el paseo por la arena.

Las medusas tienen células urticantes, cuyo contenido liberan para defenderse de algún peligro o para capturar presas.

En el caso del ser humano, la mayoría de los incidentes ocurren por contacto accidental con las medusas durante el baño, al ser pisadas o manipuladas.

Aunque siempre hay excepciones, las “picaduras” de las medusas no suelen ser graves. El contacto con medusas vivas, muertas o con restos de ellas se caracteriza por dolor y/o un picor intenso e inmediato en la zona, pudiendo aparecer reacciones locales con enrojecimiento, inflamación y vesículas pequeñas. Más rara es la aparición de sintomatología general como náuseas, vómitos y calambres musculares. Los casos más graves pueden presentar pérdida de conciencia con el consecuente riesgo de ahogamiento.

Las personas que hayan tenido contacto previo, pueden estar sensibilizadas y una segunda picadura puede producir una reacción más severa. Deberán tener especial cuidado las personas con un historial de alergias así como las personas con problemas cardíacos, y se debe extremar la vigilancia a los niños y niñas pequeñas.

Además de las personas que hacen uso lúdico del agua, también pueden verse afectadas las personas que practican submarinismo o las personas que trabajan en el mar. Se recomienda precaución, ya que el mayor riesgo es no ser conscientes del peligro que puede suponer el contacto con las medusas.

Si ha sido picado o ha tocado una medusa conviene seguir los siguientes consejos:

  1. Hay que limpiar la zona afectada por la picadura. Lavar, SIN FROTAR la zona, siempre usando agua salada (en el propio mar) o en su defecto suero salino. NUNCA utilizar agua dulce, ya que por diferencias de presión osmótica los restos de células urticantes que persistan podrían explotar y difundir más veneno.
  2. Avisar al socorrista más cercano o acudir al puesto de socorristas para ser atendido.
  3. Si hay restos de tentáculos adheridos a la piel, se debe eliminar cuidadosamente utilizando unas pinzas o un mecanismo que asemeje el modo de una pinza, como el uso de dos tarjetas. NUNCA tocar la zona directamente con las manos.
  4. Posteriormente, se puede aplicar frío (no más de 20 minutos) sobre la zona afectada usando una bolsa de plástico que contenga hielo, para evitar la inflamación y reducir el dolor. No aplique hielo directamente ya que puede producir quemaduras.
  5. Es importante además, evitar la exposición de la herida a la luz solar, así como rascarse.
  6. Si el dolor es muy intenso o el estado de la persona empeora progresivamente, deberá avisar nuevamente al socorrista o acudir de inmediato a un centro médico.

También se señalan una serie de consejos y recomendaciones útiles si hay un gran número de medusas en la zona de baño:

  1. Tomar precauciones incluso si hay medusas en zonas alejadas de la zona de baño, la acción de las olas rompe los tentáculos y los trozos flotantes de medusas permanecen activos.
  2. No pasear por la playa en la zona donde rompen las olas y pueden abundar fragmentos de medusa.
  3. En los días que aparecen las medusas evitar los juegos en la orilla.
  4. Con precaución y sin tocarlas, sacarlas fuera del agua. Recoger con cuidado aquellas que se han quedado en el borde de la playa.
  5. Avisar al resto de los bañistas para que no las toquen y al socorrista, -en playas vigiladas-, de la presencia de medusas incluso si éstas parecen muertas o están fraccionadas.
  6. Cuando las medusas aparecen en las zonas de baño la mejor precaución es permanecer fuera del agua.

La aparición en nuestras costas de la carabela portuguesa o también llamada botella azul o falsa medusa, representa también un riesgo para las personas que están en contacto con el mar, ya sea de manera lúdica, bañándose o practicando submarinismo, como por motivos laborales, debido a los posibles problemas que su picadura puede provocar.

Aunque, el hábitat de la carabela portuguesa no es el Mediterráneo, la posible ausencia de sus depredadores puede haber influido en su aparición en nuestras costas.

La parte flotante de la carabela portuguesa, se asemeja a una bolsa azul transparente rellena de gas de unos 30 cm rematada por una vela de color violáceo en la parte dorsal, que le sirve para desplazarse. La parte sumergida está formada por una serie de tentáculos que pueden alcanzar los 10-20 metros.

Por sus tentáculos secreta una sustancia tóxica que produce un dolor muy fuerte, la cual puede llegar a provocar lesiones locales tales como inflamación, enrojecimiento, aparición de ampollas, descamación y reacción cutánea en otra zona diferente a la afectada.

Excepcionalmente además, se puede producir una afección generalizada, causando problemas respiratorios, cardiacos, neurológicos o gastrointestinales, tales como vómitos, fiebre, náuseas y ansiedad que generalmente pasan en unos días. En caso de especial sensibilidad a la toxina puede causar incluso la muerte. Además, se han descrito reacciones tardías y a largo plazo de diversa gravedad tales como ulceración, celulitis, necrosis y gangrena, así como también aparición de estrías, engrosamiento de la epidermis, granuloma, atrofia grasa o cicatrices.

Si ha sido “picado” por la carabela portuguesa, además de seguir las recomendaciones anteriores, sería aconsejable hacer lo siguiente:

  1. Avisar al socorrista más cercano o acudir al puesto de socorristas para ser atendido.
  2. Aplicar una solución tópica de bicarbonato de sodio.
  3. De la misma manera, si el dolor es muy intenso o el estado de la persona empeora progresivamente, deberá acudir de inmediato a un centro médico o servicio de urgencia.
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