Redacción.-?La necesaria aparici?n del concepto ?distanciamiento social? como una de las principales soluciones en la lucha contra la expansi?n del COVID-19, es uno de los retos más importantes al que deber? enfrentarse el sector de la cultura tras el control de la pandemia, especialmente los referidos a la organizaci?n de espect?culos, conciertos, clubs, obras teatrales, danza, circo, expresiones de cultura popular en espacios públicos, etc.
Es una preocupación compartida con otros sectores afectados, como la hostelería, los eventos deportivos profesionales o amateurs, gimnasios, manifestaciones religiosas, políticas, sociales y muchas m?s, sin contar con la necesidad de utilizar medios de transporte para el desplazamiento masivo de la población.
El cese de actividades por orden gubernamental que afect? a la celebraci?n de espect?culos en los espacios de pública concurrencia, fue la primera medida tomada en prevenci?n de la expansi?n del virus, y es más que probable que estas actividades sean las Últimas que recuperar?n la normalidad al final de este proceso.
Entendemos la excepcionalidad de todas las medidas, la urgencia con las que se han llevado a cabo y, evidentemente, que la salud de la población debe estar por encima de cualquier otra consideraci?n. No obstante, creemos que la interlocuci?n con los sectores afectados es absolutamente imprescindible para planificar la vuelta a la ?normalidad? y para evitar estigmatizar a todo un sector cultural, que ya está gravemente afectado por la crisis. A los poderes públicos les corresponde decretar el cese del estado de alarma progresivamente para conseguir una pronta recuperaci?n de la actividad econ?mica, pero tambi?n, están obligados a minimizar daños, atendiendo las particularidades de cada sector, en nuestro caso, al sector cultural.
La medida que se impuso inicialmente que permiti? la apertura de los espacios de pública concurrencia, as? como la celebraci?n de espect?culos con una limitaci?n de una tercera parte de la capacidad del espacio con un m?ximo de 1.000 asistentes, es absolutamente inviable, ya que casi ninguna actividad es sostenible manteniendo la estructura previa al inicio de la crisis,?y reduciendo sus ingresos a un tercio. A no ser que haya una reducci?n dr?stica de los gastos, entre ellos los de personal, y un incremento de los precios que compense esa disminuci?n de ingresos, algo que creemos que, como sociedad, no deber?amos estar dispuestos a asumir.
Por otro lado, consideramos que las ?rdenes de confinamiento, aislamiento y distanciamiento social aplicadas, deben ser consideradas como medidas absolutamente extraordinarias en caso de una emergencia sanitaria sin precedentes para nuestra generaci?n, y limitadas en el tiempo hasta la desaparici?n del riesgo de propagaci?n. Pero en ning?n caso podemos aceptar que estas medidas deban formar parte de nuestras rutinas cotidianas en adelante.
Desde un punto de vista humano, deseamos volver a recuperar el contacto personal, a socializar con nuestros semejantes, a interaccionar en directo con los demás y no a trav?s de pantallas, a dejar de lado el aislamiento y a volver a sentir el calor de las relaciones personales y la energ?a de las manifestaciones colectivas, sean culturales o de cualquier otro tipo.
Creemos que la capacidad y necesidad de socializaci?n es una condici?n intr?nseca del ser humano, y no debemos ni podemos renunciar a ella permanentemente. Ya que la limitaci?n de movimientos y de libre asociación y manifestación, aunque sea por causas sanitarias, es contraria a las caracter?sticas fundamentales de las personas y generar?a no pocos trastornos en la sociedad, además de un retroceso importante en las libertades individuales que no deber?amos aceptar.
Es por todo esto que proponemos una interlocuci?n directa con el Gabinete de Crisis del Gobierno de Españaña para formar parte en la toma de decisiones sobre las posibles soluciones para la reincorporaci?n de nuestra actividad, de manera que se tenga en cuenta la opini?n del sector de la cultura y todo aquello que pueda aportar, dadas las especiales singularidades de nuestra actividad.
En especial creemos que hay algunos puntos importantes a tener en cuenta:
- No consideramos viable ning?n tipo de reducci?n de aforo en las actividades de pública concurrencia de teatros, salas de conciertos y carpas de circo, ya que las convierte autom?ticamente en insostenibles y estigmatiza nuestra actividad como ?contagiosa?.
- En caso de que se apliquen rangos de aforo m?ximos para generar una sensaci?n de vuelta a la actividad de manera progresiva y algunas actividades puedan acogerse a esta medida, hasta que no se pueda recuperar la actividad al 100% de su rendimiento, la situación deber? seguir siendo considerada como causa de Fuerza Mayor, de manera que las medidas de ayuda tanto laborales, sociales, y fiscales deben seguir vigentes.
- Nos ofrecemos para estudiar posibles protocolos (medidas sanitarias y de higiene) a aplicar de forma temporal que garanticen la seguridad de trabajadores y público, contando siempre con el consenso de las autoridades sanitarias y con la ayuda de la administraci?n.
- Que las medidas de reincorporaci?n de las distintas actividades a la normalidad sigan unos par?metros de coherencia y se apliquen en todos los ?mbitos en los que haya grandes concentraciones de público (como los distintos medios de transportes, centros comerciales, grandes superficies, etc.) y no de manera exclusiva en la exhibici?n de actividades culturales.
- Lanzar una gran campa?a de comunicaci?n con elementos de incentivo al consumo cultural, que genere confianza en el público, que desactive el miedo y que permita recuperar la actividad econ?mica de este sector tan importante para la sociedad.
- Activar un ?plan de choque? dotado con fondos suficientes para el sector empresarial de la cultura, autónomos y artistas, hasta que se recupere el nivel de actividad anterior a la crisis.
Esta pandemia va a dejar en una situación preocupante a todo el pa?s. La recuperaci?n será ardua y larga. Especialmente, este sector va a tener que enfrentarse, por un lado, con la situación de precariedad e infra inversi?n end?mica que lo caracteriza y, por otro, con cierta estigmatizaci?n, miedo y rechazo por una parte de la población a volver a reunirse, relacionarse y disfrutar colectivamente de las manifestaciones culturales. Agradeceremos, pues, que se ponga especial inter?s por parte de la administraci?n en buscar los espacios participativos y de consenso necesarios con el sector para considerar y reactivar la cultura como el bien de primera necesidad que es.
