En El Carpio, la esencia de la tradición se renueva con la llegada del mes de mayo. Los jóvenes nacidos en 2005 se disponen a participar en una ceremonia ancestral que ha perdurado a través de los tiempos: la colocación del «Mayo». Este evento, profundamente enraizado en la historia y la cultura local, convoca a toda la comunidad en una celebración de unidad y hermandad.
La fiesta se inicia con la búsqueda del árbol, oculto entre los pinares cercanos al municipio. Los quintos y quintas del año, acompañados por vecinos y familiares, se adentran en la naturaleza en busca del ejemplar perfecto. Una vez hallado, proceden a limpiar sus ramas y con cuidado lo trasladan hasta el pueblo.
Con la llegada del nuevo día, comienza el ritual de levantamiento. Con la ayuda de sogas y diversos ingenios, los jóvenes y los vecinos se unen en un esfuerzo conjunto para erigir el chopo en el corazón de la plaza principal. El grito de «¡arriba mayo!» resuena en el aire, simbolizando la fuerza y la cohesión de todo un pueblo.
Una vez completada esta tarea, los protagonistas se congregan en los hogares de sus padres para disfrutar de un festín, donde los manjares locales son los protagonistas indiscutibles.
Aunque las raíces de esta costumbre se vinculan con la historia militar de España, su significado ha ido transformándose a lo largo del tiempo y los lugares. Algunos la asocian con la llegada de la primavera, mientras que para otros representa el paso a la vida adulta.
