Redacción.-
La Guardia Civil ha llevado a cabo la operación «Tremolita» que culminó con la detención de un empresario en Cádiz por un presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, así como otro delito contra los derechos de los trabajadores. El motivo de la detención fue la gestión ilegal de más de 60.000 kilogramos de fibrocemento desde el año 2018. Además del empresario, también se investigó a su exmujer y al hijo de ambos, quienes también estarían involucrados en el caso.
La operación se desencadenó tras recibir información de que una empresa en una localidad de la sierra de Cádiz estaría llevando a cabo actividades de retirada, manipulación, transporte y depósito de placas y tuberías de fibrocemento, un residuo peligroso que requiere una autorización administrativa para su manejo, de acuerdo con la Ley 7/2007 de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental.
El manejo de estos residuos peligrosos exige el uso de equipos de protección individual, como mascarillas, guantes, gafas, monos y calzas, así como el transporte y almacenamiento en vehículos y contenedores adecuados para evitar la emisión de partículas de amianto. La ruptura del fibrocemento libera partículas microscópicas que contienen sílice, hierro u otros minerales no degradables, los cuales pueden ser inhalados y representar un riesgo para la salud.
El modus operandi del detenido implicaba el uso de empresas familiares para alquilar naves donde almacenaba ilegalmente el fibrocemento. Una vez llenaba estas naves, dejaba de pagar los alquileres y abandonaba el lugar. Además, obligaba a los trabajadores a manipular y transportar los residuos sin las medidas de protección necesarias para esta peligrosa sustancia.
El empresario, con el fin de aparentar un cumplimiento normativo, cobraba a particulares y entidades por la retirada del material a un alto precio, cuando en realidad todo el proceso estaba diseñado para ahorrar costos, incumpliendo las regulaciones ambientales y poniendo en peligro la salud de las personas expuestas al amianto.
El laboratorio del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil analizó muestras del fibrocemento y detectó fibras con diámetro respirable de crisolito y crocidolita, lo que supone un alto riesgo de exposición al amianto.
La investigación estuvo a cargo del Equipo de Protección de la Naturaleza de Cádiz, EPRONA, especializado en la investigación de delitos contra el medio ambiente.
