Redacción.-
La Guardia Civil ha llevado a cabo la detención de tres personas en relación con dos robos de material metálico destinado a su venta como chatarra. Los arrestados, identificados como TJJ (35), HJJ (31) y CLA (21), son considerados presuntos autores de los delitos de robo con fuerza en los que se sustrajeron diversos elementos de valor.
El primer robo ocurrió el pasado mes de marzo en una localidad del Valle de Valdelucio, donde se sustrajeron seis tapas de alcantarillas del alcantarillado público y las ventanas de aluminio del depósito de agua municipal. Posteriormente, a principios de mayo, se informó del robo de varias piezas metálicas de una máquina excavadora valoradas en 11.000 euros, la cual se encontraba estacionada en una gravera de la comarca del Arlanza.
Los investigadores pudieron establecer vínculos entre ambos casos, lo que llevó a sospechar de la implicación de varios autores. Gracias a las pesquisas realizadas, numerosas entrevistas y testimonios recopilados, así como a la colaboración ciudadana, se logró identificar los vehículos utilizados por los delincuentes para transportar el material robado. Los ladrones se deshicieron rápidamente de los objetos sustraídos, entregándolos a una planta de reciclaje de materiales metálicos para su posterior venta como chatarra, con el objetivo de obtener beneficios económicos rápidos.
El exhaustivo estudio y análisis de la información recopilada permitió identificar a los presuntos autores de los robos y vincularlos, en diferentes grados de participación, con los lugares asaltados y los momentos en que se llevaron a cabo los hechos.
La investigación estuvo a cargo de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, el Equipo ROCA y el Área de Investigación del Puesto Principal Alfoz de Burgos. Las diligencias correspondientes fueron entregadas al Juzgado de Instrucción Nº 2 de Burgos.
Es importante destacar que este tipo de delitos presenta dificultades para su seguimiento y esclarecimiento, debido a que los objetos robados suelen ser difíciles de recuperar. Además, las víctimas suelen tardar en denunciar debido a la ubicación aislada y poco frecuentada de los objetivos, situados en las afueras de pequeñas localidades y a lo largo de vías de comunicación secundarias.
El destino final de este material robado es su venta con el fin de obtener ganancias rápidas, seguida de su transformación y destrucción mediante fundición.
