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miércoles, abril 24, 2024

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10 factores que hacen que una ciudad sea más segura

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Redacción.-

Las ciudades siempre han sido construidas con un propósito defensivo, y aunque en la actualidad esos muros han desaparecido, las ciudades siguen siendo objeto de ataques delictivos debido a la concentración de población y la presencia de turistas. Así lo afirma Vicens Valentín, profesor colaborador del máster universitario de Ciudad y Urbanismo de la UOC, quien también señala que el urbanismo puede influir en determinadas formas de planificación que ayuden a mejorar la vida en los barrios y en las ciudades.

Por ejemplo, un estudio en la ciudad de Nueva York muestra que instalar luces en las calles puede reducir hasta en un 36% la tasa de criminalidad en períodos nocturnos y en ambientes al aire libre. Además, la capacidad de identificarse con un lugar específico aumenta la seguridad y la percepción de seguridad, según Valentín.

La vitalidad de las calles y las zonas públicas es un factor muy importante para la prevención del crimen, porque el uso de los espacios públicos genera autovigilancia. Las auditorías o diagnósticos de seguridad con perspectiva de género, la eliminación de espacios abandonados y la clarificación de los espacios peatonales también pueden contribuir a reducir la criminalidad.

Por otro lado, Valentín también indica que la vigilancia electrónica, como cámaras de videovigilancia, puede ser un elemento más de seguridad. En resumen, el urbanismo y la planificación de las ciudades pueden influir en los comportamientos de los habitantes y ayudar a reducir la actividad delictiva.

  1. El sentido de pertenencia a la ciudad, clave. La capacidad de identificarse con un lugar específico aumenta la seguridad y la percepción de seguridad. «Las personas respetan y protegen los lugares que sienten que les pertenecen. Por ello, es importante consolidar los conceptos de identificación y pertenencia de los habitantes», explica Valentín.
  2. La importancia de la vigilancia natural. La vitalidad de las calles y de las zonas públicas es un factor muy importante para la prevención del crimen, porque el uso de los espacios públicos genera autovigilancia. La autovigilancia o vigilancia natural es un concepto desarrollado por la ambientalista Jane Jacobs que considera que el sentimiento de pertenencia de la ciudadanía y la actividad ciudadana generan seguridad, una especie de control espontáneo del ambiente urbano por parte de la propia ciudadanía. «Una buena mezcla de usos (comercial, residencial, recreativo, etc.) y de actividades diversas produce una autovigilancia constante, ya que implica la presencia de usuarios diversos en distintos momentos», afirma Valentín.
  3. Las auditorías o diagnósticos de seguridad con perspectiva de género: “Son herramientas de participación y debate sobre la percepción de la inseguridad en el espacio público, a la vez que una forma de empoderar a las mujeres para hacer actuar sobre ese medio; y también suponen un canal de comunicación entre la ciudadanía y la Administración”, detalla Valentín.
  4. Evitar espacios cerrados o protegidos del exterior. Para el experto, los planes de desarrollo urbano deben evitar que se prevean zonas más seguras y protegidas respecto del mundo exterior (el cual se percibe como una fuente de inseguridad), porque conducen a la exclusión y producen conjuntos residenciales cerrados o espacios encerrados en sí mismos.
  5. Atención con las estaciones. «Los lugares utilizados por usuarios temporales (las estaciones de ferrocarriles, los puntos de intercambio, etc.) son más vulnerables que otros al crimen, a causa del bajo sentido de pertenencia de los usuarios», asegura Valentín. Y añade que «hay que considerar estos lugares con mucha atención».
  6. Eliminación de espacios abandonados convertirlos en comunitarios: Para mejorar la prevención del crimen, los espacios abandonados sin vitalidad, indefinidos o aislados deben evitarse, porque el vandalismo y la criminalidad suelen concentrarse en estos lugares.
  7. Clarificación de los espacios peatonales. «Una red urbana continua y un plan de zonas públicas mejoran la orientación de los usuarios y su percepción de la seguridad. Una buena visibilidad de los espacios peatonales y de los recorridos alrededor de los edificios y a través de las calles favorece la prevención del crimen y aumenta la prevención de seguridad», comenta Valentín. Por esto, se considera importante, por ejemplo, una buena iluminación en la calzada, porque es un elemento disuasorio para los delitos.
  8. El mantenimiento y la limpieza son disuasorios. «Es necesario emprender actividades de mantenimiento y control para prevenir el decaimiento. En caso de que ya esté presente, entonces es necesario supervisar cuidadosamente las zonas deterioradas y empezar acciones de recuperación”, afirma Valentín.
  9. Las cámaras de videovigilancia como un elemento más de seguridad. “La vigilancia electrónica (circuitos cerrados de televisión, etc.) es una respuesta preventiva a una planificación insuficiente”, comenta Valentín. Es útil tan solo cuando es parte de un plan de seguridad general.
  10. Cuidado con los elementos provisionales. Lugares en obras, desvíos, barreras temporales y vallas no tan solo producen incomodidades, sino que también dan origen a lugares potencialmente peligrosos. Tanto los arreglos provisionales como los lugares en obras y los cercados, cercanos a los espacios utilizados, han de planearse en términos de seguridad.
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