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viernes, abril 26, 2024

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Duro de pelar

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Mientras nos paseamos con nuestras galas renacentistas por una inusualmente abarrotada villa, el Ayuntamiento ha aprovechado para sacar a la luz el programa de fiestas de San Antolín. Y como siempre, “es el peor programa de la historia” según el puñado de opinadores cuya vida encomiendan a vituperar todo lo que se hace. Ellos siempre estarán en contra porque ellos no lo han hecho. Ni lo harán.

Al margen de que haya muchos toros o pocos, según el criterio de cada cual, el caso es que puedes verlos gratis a casi todos. Si además quieres ver toreros, ya tienes que rascarte el bolsillo entre 15 y 60 euros, según el trozo de cemento donde quieras sentarte y el calor que puedas aguantar.

Pero lo que ha generado más ruido son las actuaciones musicales del día 7 de septiembre. No hace tanto hubo una polémica por cambiar una verbena taurina para que no eclipsara a una sesión de música de los 80 y, quizás por eso (o por presupuesto) en el Ayuntamiento han pensado que podía ser interesante traer supervivientes de los 90, incluso de antes, para que comprobemos que aún quedan restos de los buenos tiempos en los que no nos asolaban las 7 plagas ni las redes sociales. Seamos positivos y recordemos cuando vino Helena Bianco a demostrarnos cómo se puede ser joven a los 70 años y llenar la plaza. Al fin y al cabo, Rebeca no llega ni a los 50 y se quedó a las puertas de salir en Cuéntame, que acabó la última temporada situando a los Alcántara hacia 1994, dos años antes de que  Rebeca se forrase a costa de una sola canción que, ahora que miro la letra (nunca se me había ocurrido hacerlo antes), resulta que podría ser un alegato feminista. Y eso es muy de ahora. Igual que poner en el programa de fiestas, a pie de página “por unas fiestas libres de agresiones”. Eso en los 80 no pasaba. O al menos yo no lo recuerdo así.

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