La carta de un profesional sanitario desde el Hospital de Medina del Campo

P.F-. Ra?l Rodr?guez Galindo podr?a ser considerado como una de esas personas que vienen con estrella al planeta. Sus labores como m?dico responsable de la Unidad de Crúnicos del Hospital de Medina del Campo está siendo una pieza clave en este periodo de pandemia. Su actividad tambi?n traspasa las barreras f?sicas, al llevar a cabo t?cnicas de videoconsulta. A pesar de todo el marem?gnum de trabajo en estas Últimas semanas, el M?dico Especialista en Medicina Interna ha sacado unos minutos para expresar en qu? condiciones se está viviendo este periplo en el hospital de la Villa de las Ferias.

Contenido de la carta

«Más de un mes tratando con el COVID-19

Hace ya mucho, más de un mes, que escrib? un breve art?culo acerca de lo que, en aquel momento, parec?a una lejana infecci?n. Aunque en dicho art?culo ya planteaba la alta probabilidad de que nuestro pa?s sufriera el coletazo de la enfermedad, confieso que, ni en mis más oscuros pensamientos, llegu? a imaginar que Españaña se convirtiera en uno de los focos más intensos de la epidemia a nivel mundial. Sin embargo, el tiempo me ha puesto a m?, y a muchos m?s, en nuestro lugar. Est? claro que los hombres hacemos planes y la realidad se dedica a deshacerlos.

Despu?s de repasar lo que escrib? en su momento, y aunque la mayor parte de ello sigue completamente vigente, es cierto, que pequ? de menospreciar el riesgo, a las pruebas me remito. Mi mayor error fue la confianza en las medidas y las capacidades de las autoridades sanitarias. Est? claro que por desidia, desconocimiento o, esperemos que no, intereses pol?ticos, las medidas instauradas desde el Ministerio de Sanidad, y otras autoridades nacionales e internacionales, han sido a todas luces insuficientes y sobre todo tardías.Y todo esto lo empiezo a procesar en este momento, despu?s de un mes dedic?ndome a atender a los afectados por esta pandemia. Como consecuencia, me he decidido a escribir de nuevo sobre el tema, en esta ocasi?n para contar un poco mi experiencia durante estas semanas.

En primer lugar, os pongo en situación. Trabajo en el Hospital Comarcal de Medina del Campo, un centro peque?o que cuenta aproximadamente con unas 150 camas de hospitalizaci?n y atiende una población de unos 60.000 habitantes, más de 20.000 de la villa de Medina del Campo. Nuestro centro no cuenta con unidad de cuidados intensivos y carece de muchas especialidades m?dicas y quir?rgicas. El centro tiene como hospital de referencia al Clúnico de Valladolid, en el que tambi?n he trabajado, de mayor complejidad y que cuenta con todos los servicios de un gran hospital. En lo referente a dotaci?n de profesionales, nuestro hospital tiene una plantilla de nueve internistas, entre los que me encuentro, tres especialistas en cardiolog?a y tres en digestivo. Además de anestesistas, cirujanos, ginec?logos, traumat?logos, médicos de urgencias, etc.

Cuando a mediados de marzo se empezaba a ver que la situación en Madrid y otras zonas del pa?s comenzaba a complicarse a pasos agigantados, nuestro centro empez? a plantearse la organizaci?n para enfrentarnos nosotros tambi?n al COVID-19. Evidentemente, por las caracter?sticas de nuestra ?rea de influencia, sab?amos o cre?amos, que la situación en nuestro hospital no alcanzar?a la complejidad que sufr?an nuestros colegas en grandes ciudades y focos masivos de contagio. Sin embargo, sabiendo que inevitablemente tendríamos pacientes, y siguiendo las indicaciones del Servicio de Salud de Castilla y León, se fueron tomando medidas. No vienen al caso los detalles. Para resumir, se prepar? una planta para atender pacientes de COVID y se seleccion? a un grupo de profesionales para hacerse cargo de esos pacientes, se anularon consultas y cirug?as y se prepar? una zona en reanimaci?n para atender a pacientes cr?ticos, por si llegara el caso de que nuestras UCI?s de apoyo (Valladolid, Salamanca, ?vila, etc.) se colapsaran, y tuvi?ramos que manejar pacientes cr?ticos en nuestro hospital. Los distintos servicios se plantearon sus planes de atenci?n ya que la enfermedad abarca a m?ltiples especialidades: urgencias, medicina interna y anestesia son los más implicados, naturalmente, pero cualquier servicio tiene que plantear sus directrices.

Fueron días fren?ticos y confusos, tambi?n emocionantes hasta cierto punto. La organizaci?n para enfrentarse a algo que no conoces es dif?cil. Mientras esper?bamos los primeros casos, nos dedic?bamos a ver qui?n y c?mo se har?a cargo de los pacientes, d?nde ingresar?an, d?nde se les atender?a, etc. Se desarrollaron planes que se cambiaban al día siguiente y, de nuevo, a los dos días, corrigiendo errores o mejorando circuitos. Desde la direcci?n y jefes de servicio hasta personal raso trat?bamos de aportar nuestro granito de arena para engrasar la maquinaria.

Y al fin, llegaron los primeros pacientes. Primero sospechas que se fueron descartando hasta que, durante una guardia, (siempre ocurre durante una guardia) se confirm? el primer paciente. Ya estaba aqu?, con varios días de retraso respecto a nuestro centro de referencia, pero, inexorablemente, empezaba la pandemia en Medina del Campo. Los pacientes fueron ingresando, yo fui de los elegidos para el tratamiento de estos pacientes junto con otros cuatro compa?er@s y empezamos a tratar pacientes.

A medida que tom?bamos decisiones, nos d?bamos cuenta de la cantidad de detalles que hay que tener en cuenta, cosas aparentemente tan nimias como pensar el camino que los pacientes COVID seguir?an desde la urgencia hasta la planta, que, evidentemente, ten?a que ser distinto al de los pacientes no-COVID. Se plantearon dos ?reas del hospital, una ?sucia? o contaminada y otra ?limpia? por la que, en teor?a, no pasar?a ning?n paciente COVID. Sobre el papel todo es sencillo o, al menos, más sencillo que en la pr?ctica. Nos encontramos, por ejemplo, con pacientes sospechosos de COVID pero sin confirmaci?n y que, ya fuera por su situación clúnica o por la situación de la urgencia, deb?an subir a la planta. ?D?nde: a sucio o a limpio? As? que, finalmente, se cre? otra ?rea, denominada ?semisucio?, donde tener a los pacientes sospechosos, pero no confirmados (tan malo ser?a meter un paciente infectado en la zona limpia como meter a un paciente limpio en la zona ?sucia? y acabar provonc?ndole nosotros la infecci?n). En fin, un mont?n de peque?os detalles de gran importancia y que solo se podían corregir con el proceso en marcha.

El manejo de estos pacientes ha ido variando mucho en estas Últimas semanas, hemos utilizado distintos f?rmacos y t?cnicas tratando de seguir las sugerencias de aquellos compa?eros que más experiencia ten?an en el manejo de COVID (italianos, madrile?os, catalanes, etc.) A los médicos nos gusta pensar que todo lo que hacemos lo hacemos basados en s?lidos conocimientos te?ricos y pr?cticos, as? como con evidencias cient?ficas incuestionables, pero, en esta ocasi?n, y en otras muchas tambi?n, pero de forma menos evidente, nuestra impresi?n era, y es, que trat?bamos a los pacientes como podíamos, tomando decisiones porque cre?amos que era lo que más probablemente pudiera ayudar a nuestros pacientes. Esa sensaci?n es muy inc?moda para muchos profesionales y pone a prueba nuestra capacidad para tomar decisiones y para aceptar los resultados de las mismas.

Con todo, y gracias a que nuestro centro ha sido, hasta la fecha, afortunado en tanto que no hemos llegado a estar saturados, creo, sinceramente, que hemos hecho las cosas bastante bien para los medios con los que contamos. Nuestro Índice de complicaciones es similar o incluso menor al de otros hospitales, hemos trasladado sin mayores dificultades a los pacientes que precisaban asistencia de mayor complejidad, hemos tratado a los que no, dando un número considerable de altas hospitalarias, y hemos aliviado a los que, pese a nuestros esfuerzos, no han logrado superar la enfermedad. En l?neas generales, mis compa?eros y yo, estamos satisfechos con el trabajo realizado hasta la fecha.

En estos días que la presi?n asistencial está bajando (tenemos menos de la mitad de ingresados de los que llegamos a tener), empiezo a ser consciente de lo ocurrido en estas Últimas semanas, del cansancio de haber doblado el número de guardias y de dedicarnos exclusivamente a los pacientes con coronavirus, de los ?cabreos? con las informaciones falsas de un gobierno totalmente in?til (como otros muchos, por otra parte) a la hora manejar esta cat?strofe, del número de muertos que sigue aumentando día a día aunque se haya ?aplanado la curva?, de ver c?mo el número de sanitarios infectados romp?a por completo la media de otros pa?ses mientras el mismo gobierno, que no aportaba materiales de protecci?n, se dedicaba a jalear unos aplausos que, aunque bienintencionados y de agradecer, no eran más que la palmadita en la espalda que se da al «pringadillo» de turno que mandas a hacer la tarea más fea, sabiendo que lo expones a un riesgo que no merece, etc.

Me cabrea especialmente tener compa?eros infectados en sus casas, en los hospitales, en las UCI?s e, incluso, en los cementerios. Me indigna que algunos pol?ticos escondan la cabeza y sean incapaces de asumir ni un ?pice de responsabilidad y, sin embargo, los tengamos en televisi?n para soltar discursos vac?os y mentiras evidentes y me enfurece y me entristece ver c?mo la enfermedad se lleva por delante a algunos de mis pacientes, afortunadamente los menos, y se mueren solos, sin tan si quiera el consuelo de un ser querido, tan solo con la mano enguantada de un sanitari@ para acompa?arle en los Últimos momentos de lucidez.

De los peores momentos de esta crisis para m?, ha sido el informar a una hija de que su madre se mor?a por culpa de la enfermedad y que ya no podíamos hacer m?s, y que su t?o, hermano de la paciente, segu?a exactamente el mismo camino. He pedido permiso para la sedaci?n paliativa cientos de veces en mi carrera, pero jamás había pedido permiso a una misma persona para iniciar la sedaci?n a dos de sus familiares y jamás había sostenido el tel?fono para que una madre, que sabe que se muere, pueda tener unas Últimas palabras con una hija, que sabe que su madre se muere, y que además tiene a su t?o en la habitaci?n de al lado en la misma situación.

Y es ah?, cuando las fr?as cifras de muertos, de repente, toman forma, porque es imposible evitar pensar en más de 20.000 historias como la de mis dos pacientes. Por eso, cada vez soporto menos las met?foras belicistas de nuestros pol?ticos: esto no es una guerra, esto es una epidemia, es una enfermedad, y esas muertes podr?an haberse, como m?nimo, reducido si quienes toman decisiones lo hubieran hecho antes y mejor.

Pero, afortunadamente, no todo es negativo, tambi?n me he dado cuenta de lo afortunado que soy: ?por qu??

-Por no haberme contagiado hasta el momento, viendo como colegas de otras ?reas han ca?do y están en casa, ingresados o incluso muertos.

-Porque mi familia está sana y haya sabido aguantar mis horarios y mi car?cter estos días (Te quiero peque).

-Por vivir en un pa?s donde peque?as empresas y particulares donan lo que tienen para ayudar a sus sanitarios a enfrentarse a la enfermedad: monos impermeables, frontales pl?sticos, o, incluso, unas pastas o unos aperitivos, que no salvarón vidas, pero se agradecen mucho en las largas horas de trabajo.

-Por contar con compa?eros que han sabido mantener la calma y el buen humor pese a todo lo ocurrido, ayudando los que podían ayudar, anim?ndote los que no podían o no ha sido necesario que ayudaran.

-Por mi excelente formación, no s?lo a nivel cient?fico o profesional, sino tambi?n a nivel psicol?gico para mantenerme al pie del ca??n y saber venir a trabajar con una sonrisa y buen humor pese a lo ocurrido.

-Por haber acertado al elegir esta profesi?n.

Y sin m?s, creo que basta por hoy, son muchas l?neas las que me han salido, no ten?a intenci?n de alargarme tanto, pero a lo hecho pecho.

Un abrazo a todos, mucha suerte y estad tranquilos. En este pa?s hay mucha gente velando por nosotros: policías, militares, enfermeras, médicos, auxiliares, celadores, transportistas y un largo etc?tera y, por suerte, son todos estos ?currantes? los que nos van a sacar del agujero, no nuestra clase política, de la que cada día me siento más alejado y asqueado.«

Dr. Rodr?guez Galindo
En Medina del Campo, a 16 de abril.